Pénjamo, Guanajuato.- “Toda la gente estaba espantada porque no decían las autoridades qué lo que estaba pasando en la Presa, había el riesgo de que se fuera a reventar la Presa”, recordó el penjamense Marco Rojo.

A casi seis años de la inundación más fuerte que ha sufrido Pénjamo con el desbordamiento del Río Huáscato, sus ciudadanos no temen que se vuelva a repetir la historia.

Eran las 8:30 de la mañana aproximadamente del 21 de septiembre del 2013, cuando Marco Rojo, propietario de un negocio de materiales ubicado al margen del río llegaba a laborar, sin embargo se encontró con el agua a casi 1.20 metros de altura, contó.

Hecho que le impidió laborar por un fin de semana. “Nos dimos cuenta que iba a ser imposible laborar”, señaló el penjamense.

Marco Rojo platicó que en ese momento “Todo mundo se alejó del centro” ya que el agua llegó hasta el jardín principal, sólo observó que el agua llevaba muchas cosas entre ramas, palos y piedras.

A las 2 de la tarde de ese mismo día, el nivel del agua había bajado a 30 centímetros aproximadamente, y pudo acercarse a su negocio. “Abrí el negocio, todo estaba inundando, no había agua pero había m mucho lodo, se echó a perder material afortunadamente hubo apoyo por parte del gobierno del estado”, destacó.

Contexto

El 21 de septiembre de 2013, la intensa lluvia sobrepasó los niveles de La Presa de la Golondrina lo que provocó el desbordamiento del Río Huáscato e inundó el primer cuadro de la ciudad, siendo declarado zona de desastre; aunque también hubo comunidades afectadas por la lluvia.