Por más de 40 años el señor Ignacio Zúñiga Delgado originario de Salamanca, Guanajuato ha dedicado su vida a ser Bolero un oficio que se remonta a los años 30 en México y que hoy en día es uno de los oficios un poco valorados, pero para “Don Nacho” como sus compañeros le dicen de cariño su trabajo es su segunda casa.
Desde muy temprano el señor Ignacio llega hasta el jardín principal del centro de la ciudad en Salamanca, Guanajuato ahí junto a su hijo llega y prepara todas las herramientas necesarias para sacarle brillo a los zapatos de sus clientes.
“Está es mi vida… ser bolero es un oficio muy bonito… esto lo aprendí de mi padre él fue bolero durante muchos años, de él aprendí varias técnica de un buen bolero así como uno que otro tip para darle un mayor realce a esos zapatos viejos que a veces ya no se utilizan…ahora mis hijos han tomado este oficio…esto ya viene de familia” dijo el señor Ignacio Zúñiga.
Día a día el señor Ignacio conoce las historias de sus clientes, quienes además de bolearse los zapatos llegan a contarle parte de sus vidas y en ocasiones les brinda un consejo… pero desde luego sacándole brillo a los zapatos.
El señor Ignacio dijo que sus inicios en este oficio los comenzó con un cajón y una silla de madera, quien recordó que junto a su papá caminaba por las calles boleando zapatos, fue entonces que aprendió la técnica de como bolear… aún recuerda aquellas tardes donde se sentaba junto a su padre y observaba la técnica de bolear.
Las herramientas necesarias para bolear un zapato es usar una buena franela, grasa en color negra, café y vino, cepillo, brocha, crema lustradora, esponja bolero y crema para calzado.
Para el señor Ignacio ser ilustrador de calzado ha sido un oficio muy bonito y aunque dice no es bien reenumerado porque se gana muy poco, él lo realiza con mucha profesión y dedicación.
Los días malos para los boleros son en época de lluvia porque se mojan los zapatos y ya no quedan igual y dura muy poco el brillo.
“De este oficio he sacado adelante a mis hijos y a mi esposa, ser bolero es mi segunda casa, cuando mis hijos estaban pequeños los llevaba bien boleados de sus zapatos…ellos siempre iban con mucho brillo en sus zapatos” dijo el bolero salamantino.
Sin duda ser bolero no es fácil ya que cada persona debe tener esa técnica para sacarle brillo a los zapatos y brillo a este bonito oficio que desde hace varios años en muchas ciudades se realiza.