Irapuato, Guanajuato.- Desde hace ocho años Raúl Banda comenzó a aprender las disciplinas del equilibrismo y el malabarismo, las cuales desarrolla en los cruceros de la ciudad a cambio de unas monedas.
Pintado de color plata desde su rostro a la cintura, Raúl se trata de proteger de los rayos del sol durante tres a cuatro horas diarias, para mostrarles a los automovilistas unos segundos de lo que sabe hacer.
Su gusto por este oficio fue porque tenía amigos en el circo y aunque él también trabajó algún tiempo para éste, le gusta más trabajar en las calles. Raúl es casado y tiene dos hijos y es su oficio el sustento de su casa.
A Raúl le gusta seguir aprendiendo, sin embargo “muchos comprenden lo que hago, muchos no pero a mí me satisface”, dijo.
Lo más difícil de su trabajo, aunque parezca fácil es quitarse la pintura vegetal y aceite de oliva de su cuerpo, “Lo más difícil, es al momento de despintarme, ya terminas hostigado y ya no quieres hacer nada y lo tengo que hacer”, platicó.
Su consejo para los jóvenes es que “hagan lo que les gusta”.