Guanajuato, Guanajuato.- A partir de que grupos ecologistas lo han denunciado como involucrado en autorización para la urbanización de espacios con vocación ecológica, el expresidente municipal Alejandro Navarro ha aumentado su protagonismo político. Ahora apareció en apoyo a residentes del fraccionamiento Manantial para empezar a edificar un espacio religioso, cuya obra ha sido rechazada por un sector de pobladores del asentamiento.
Alejandro Navarro intentó pasar junto con su esposa Samantha Smith, actual presidenta municipal, a la revisión que hicieron la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo a los avances de la construcción de la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicada junto a la unidad deportiva Arnulfo Vázquez Nieto, en la zona de Yerbabuena.
El equipo de seguridad de la mandataria federal se lo impidió y el también empresario hotelero estuvo afuera, mientras enfrentaba insultos de personas ligadas al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Ya antes había estado en la revisión del socavón que se abrió en el camino antiguo a Marfil, a un lado del río Guanajuato.
Ahora estuvo en el Manantial, en apoyo de la comunidad católica del lugar, para ayudarles a techar el espacio donde realizan ceremonias religiosas especialmente los fines de semana.
El terreno fue originalmente entregado al municipio en 2016 como parte de los espacios de donación que exige la ley de fraccionamientos. El municipio, a su vez, durante la gestión de Edgar Cerrillo Castro, lo donó a la arquidiócesis de León para la construcción de una parroquia. Ante el rechazo de otros residentes, los promotores de la obra cambiaron a hacer un centro social con un espacio para capilla.
La donación fue promovida especialmente por el entonces regidor Juan Carlos Delgado Zárate, a quien también los grupos ecologistas lo acusan de autorizar de manera ilegal permisos para desarrollos habitacionales en zonas de reserva ecológica.
Al iniciar el gobierno de Alejandro Navarro en 2018, el Comité de Colonos impugnó la donación y el proceso fue detenido por la Secretaría de Ayuntamiento.
Han pasado 7 años de aquella donación y el terreno, que en el proyecto del fraccionamiento está destinado a canchas y zonas recreativas, está baldío. El grupo católico colocó una plancha de concreto y levantó unos postes, a los que colocaron conexiones para electricidad y donde cuelgan mantas para hacer sus ceremonias religiosas.
Ahora, sin sir residente ni antes haber apoyado la obra, aparece Navarro y presume en sus redes digitales que les apoyará para construir un tejabán. Así responde a los señalamientos de corrupción.
