Opinión.- Generar pensamientos y compartirlos a través de palabras, que toman cuerpo en sonidos e imágenes, son el punto clave de lo que nos caracteriza como seres humanos. Somos seres humanos porque hemos establecido múltiples códigos, porque realizamos meta lecturas de ellos y de nosotros, porque nos asumimos como seres inacabados y reconocemos que la palabra es vital en este reconocimiento.
Por eso, aunque los avances tecnológicos aparentemente han irrumpido en todas las esferas de la actividad humana, hay ciertas atmósferas que siguen conservando su naturaleza intacta como la palabra hablada.
En las entrañas de la tradición oral cohabitan el registro de cómo hemos cambiado y se funde con el misterio de lo que nos depara el futuro, es uno de esos ambientes que continúan preservando el hilo genético de la transformación individual y social del ser humano.
Individuos de diversas nacionalidades, expertos, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos han reconocido el rescate del valor de la palabra como medio para establecer el entendimiento entre los hombres y establecer el diálogo entre naciones para la pacificación de nuestro planeta, y de paso resolver el hambre, la pobreza, la contaminación, la criminalidad y la injusticia -que siguen ganando terreno.
Por ejemplo, el pasado 21 de mayo con motivo del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apuntó que las tres cuartas partes de los mayores conflictos en el planeta tienen componentes culturales. Como puede verse el diálogo entre iguales y, en términos generales, la oralidad tienen un papel importante en dicho escenario.
Así que acudir al rescate de la oralidad, de la comunicación y de la revaloración de las distintas manifestaciones culturales, no es sólo una cuestión lúdica sino un asunto vital para la continuidad de nuestra especie.
La tradición oral es una senda liberadora del talento de las personas, por ello sana y hace visible la riqueza y aportación de quienes hasta ese momento habían pasado inadvertidos para los demás.
Palabras son pensamientos que se develan al otro, formas de recrear la realidad y de crearla, posibilidades de ir desde el autoritarismo de mi yo a la construcción de consensos sin avasallar a otros, esencia y presencia de las culturas, representaciones de lo creado, lo insustancial y etéreo como los sueños, por eso la oralidad es una riqueza que no debe perderse.
Sabersinfin.com, medio digital mexicano, por su contribución a la difusión de la cultura desde la oralidad, fue acreedor al Premio Iberoamericano Extraordinario “Chamán” de Comunicación, Cultura, Oralidad y Oralidad Escénica 2014, que otorga la prestigiada Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE), con sede en Madrid, institución líder en el planeta en cuanto a la oralidad artística.
Al encabezar el equipo de trabajo como director de Sabersinfin.com, siempre he tenido como bandera abrir espacios para que las personas expresen su sentir a través de las plataformas multimedia y en términos generales por cualquier vía y medio; considero que millones de mujeres y hombres están en la búsqueda de espacios para compartir su voz y letras y con ello guarecerse del demoledor paso del tiempo, a eso contribuye todo el equipo de trabajo.
Creo firmemente que, a través de hacer común nuestra historia y nuestros proyectos, es posible contribuir a la pacificación de nuestras relaciones de convivencia y al rescate del planeta. Por eso, amigo lector, le invito a no perder el ejercicio de la oralidad en nuestra vida cotidiana y aprovecho para agradecer a este medio en que me lee contribuir con ello.
“El diálogo entre iguales y la tradición de la oralidad
tienen un papel importante en la sanación
de nuestras relaciones humanas”.
Abel Pérez Rojas.
Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com / @abelpr5 / facebook.com/PerezRojasAbel) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com
