Irapuato, Guanajuato.- El Hospital Materno Infantil se encuentra “aislado” con servicios de alimentos y hospedaje “lejos” de alcance de los familiares y pacientes que llegan al nosocomio.
Y es que desde hace 3 meses que el presidente de la República inauguró el hospital ubicado en la colonia Malvas, alrededor no hay ninguna tienda, papelería, farmacia o algún centro de autoservicio para los afectados.
Notus entrevistó a varias personas quienes se quejaron ante la falta de dichos servicios cerca al nosocomio, ya que al menos la tienda más cercana se encuentra a 500 metros aproximadamente.
Andrés Rodríguez originario de Apaseo el Alto tiene una semana esperando a que su hijo se recupere y salga de la incubadora, señaló que él ha requerido de dichos servicios pero “No brindan servicios de nada. Sí se necesita algo para que uno coma”.
Ante la necesidad de la gente por ir a sacar una copia o comer algo, Martín Vargas Campos oriundo de Juventino Rosas quien llegó a internar a su hijo al nosocomio, se puso a trabajar y es él quien a bordo de una bicicleta les hace el favor a las personas que requieren un alimento o material a cambio de unas monedas para comer, luego de permanecer un mes ahí.
“Aquí hicimos nosotros la voluntad de hacerles el servicio a las señoras, de traerles copias, refrescos o agua, lo que necesiten, pañales, toallitas, pues aquí también no han puesto nada, una tienda buena”.
Por otra parte, Verónica Navarro que tiene a su hija internada en el Materno Infantil dijo “Si no estuviera él, hasta dónde iríamos, hasta por allá está muy lejos, retirado, en lo que llegamos se acaba el servicio, que ya venga hasta las cuatro va a pasar lo mismo. Y en la noche también está difícil sale uno y uno no halla dónde tomar café y un té”.
Al contrario dijo que ha sido testigo cuando a algunos vendedores ambulantes los corren y los multan.
Para otra de la quejosas, Rosalba Rico aunque es de Irapuato y sólo va de paso para llevar a su hija al hospital a recibir un tratamiento hay días en que sí se requiere algún servicio “Sí, no puede uno dejar al paciente, luego uno sale y no encuentra nada que comprar”.
Miguel Solórzano, comerciante de papitas y churros, llega a vender al exterior del Materno Infantil, sin embargo platicó que “Nos recogen la mercancía y nos llevan con todo y mercancía”.
“Me han platicado que el otro día se llevaron a un señor con su triciclo y tamales y todo”,
“Está mal porque la misma gente se enoja porque ellos vienen muy bien tragados y dicen y nosotros qué”, señaló. “Queremos hacer la lucha buenamente y no nos dejan”.