Irapuato, Guanajuato.- Actualmente y desde años remotos la casa del Museo de la Ciudad ubicada actualmente en la Calle Allende esquina con 5 de febrero, era considerada por tradición oral la casa de la inquisición. Se cree que ahí fue donde la herejía habría sido castigada por parte de dicha congregación.
Mencionado inmueble data de la etapa del virreinato según información proporcionada por Jesús Martín Martínez Hidalgo, Investigador del Museo de la Ciudad, quien realizó un artículo acerca del tema en el cual basamos la siguiente información que arrojó datos interesantes.
Conforme a la ficha del registro arqueológico y arquitectónico que elaboro el Instituto Nacional de Antropología e Historia en los años de 1974, este inmueble fue catalogado con la ficha número 1, debido a que dentro de su conservación aún mantiene los rasgos de su edificación hacia el siglo XVIII” mencionó el historiador.
Asimismo Martín Martínez dio a conocer que al incorporarse a colaborar con el Museo de la ciudad como historiador llegó a denominar el inmueble como la casa de la inquisición. Posteriormente a raíz de unos documentos localizados, los cuales forman parte del acervo del archivo histórico se menciona a un personaje de nombre Leandro Barreto de Tabora, quien fue mano derecha de Ramón Barreto de Tabora principal benefactor y forjador de Irapuato. Dicha información sirvió como línea de investigación para indagar acerca de dicha creencia, saber si era cierta o no.
Posteriormente al localizar el testamento de Leandro Valle el investigador pudo concretar que era poseedor de una casa en la antigua calle conocida como el Ángel, hoy Allende. “Comencé a indagar más acerca de las colindancias, posteriormente encontré la última compra para el siglo XIV se la hacen a Luis Apolinar, sindico quien figuró a finales del siglo mencionado” dijo el historiador.
Propietarios de la Casa del Museo de la ciudad
Jesús Martín también relató que respecto al testamento de Leandro se encontraban todos los cargos que el ostentó para esa etapa y en ninguna aparece que el haya ocupado cargo alguno en torno al Tribunal del Santo Oficio. Mencionado personaje compró la casa para el año de 1776 y de inmediato comenzó a construir la casa. Ya para el año de 1785 hipotecó la casa con la finalidad de obtener un interés y participar en la compra de maíz, pues en aquel año hay una crisis agrícola, una hambruna que se expande por 2 años, lo cual reitera que este personaje nunca ocupó, cargo alguno en el tribunal del Santo Oficio.
“En esa etapa el comisario del Santo Oficio era Juan Antonio de Ocio y Ocampo, él tenía su casa por la avenida Juárez. El segundo propietario de la casa es Don Francisco de Abella Fuerte, el vivía a un costado de esta casa, y tampoco ocupó cargo alguno del Tribunal del Sato oficio” dijo Martínez.
Los terceros propietarios fueron la familia Velazquez González, quienes eran asistentes de Francisco Abella Fuerte, alrededor del año 1804 hasta 1862, “era una familia ahí se rompe una posible relación con la iglesia, en los primeros propietarios formaban parte del clero y ninguno fue miembro activo del Santo Oficio, por lo que con este articulo intento aclarar un poco la leyenda urbana que tiene la casa, pero como decimos mientras no se localicen más fuentes documentales, la gente sigue considerando este inmueble con esta leyenda” concluyó el historiador.