Irapuato, Guanajuato.
Las cuatro ex empleadas del Instituto Municipal de las Mujeres Irapuatenses (Inmira) denuncian acoso laboral de parte de la titular, Sucel Alejandra González Ibarra, a quienes sin aviso previo el día de ayer se les despidió, a decir de las afectadas, se les dijo que no había presupuesto para pagar la nómina, en tanto la funcionaria argumenta que fue “por una terminación de contrato y no fueron despidos”.
Ana Cecilia Gutiérrez Gasso, quien fungía como coordinadora de Proyectos y tenía 7 meses dentro del Inmira señaló que llegó a recibir varios maltratos verbales por parte de González Ibarra, así como hostigamiento y presión por parte de la funcionaria en todo momento, mientras que Mónica Gutiérrez Cruz que tenía casi un año pero como trabajadora social denunció la misma situación, además no se le respetó su plaza autorizada por el Consejo Directivo del instituto.
La psicóloga Imelda Ramírez Hernández también vivió la misma situación con González Ibarra, “ella empezó a hablar mal de mí, me empezó a desprestigiar profesionalmente, comenzó a dejar de incluirme en los proyectos” a pesar de que ya tenía casi 5 años trabajando al interior del Inmira; “no está comprometida con su trabajo en el Instituto de las Mujeres, cuando precisamente nos está atropellando a nosotras”.
Mientras que en el caso de la asistente Elsa Merino Ramírez, la única de la cuatro que trabajaba de base y que recibía todas las prestaciones de ley también llegó a vivir el mismo ambiente laboral con su jefa y decidió separarse de su cargo.
González Ibarra no tuvo una postura sobre el caso pero sí comentó que fue una decisión avalada por el Consejo Directivo del Inmira.
“El consejo fue el que decidió ya no hacer la renovación de los contratos; no hay ninguna postura, fue una terminación de contrato y no fueron despidos, no se trata de presupuesto se trata de terminaciones de contrato”.
A decir de las afectadas, excluyendo a Elsa Merino quien contaba con su base dentro del Instituto, su último contrato se venció meses antes de terminar el año pasado, sólo percibían su sueldo normal cada catorcena, por lo que se vieron indefensas, a decir de una de las despedidas.
La funcionaria señaló que dicho contrato de las quejosas se venció el pasado 31 de diciembre y ya estaban enteradas de lo que podía pasar, “ellas estaban consientes porque ellas firman su contrato” y ya sólo se estaban dedicando a entregar documentación