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Por Jazmin Padilla
El origen del uso de los métodos anticonceptivos por la humanidad se remota a las antiguas civilizaciones. Aunque en épocas pasadas, no era un tema abierto a comentar, diferentes métodos físicos y químicos formaban parte de un esquema primitivo de planificación familiar.
El documento médico considerado más antiguo es el Papiro de Petri o de Kahum, cuya antigüedad se remonta a 1850 años a. c. y describe tres recetas de aplicación vaginal con el fin de impedir el embarazo, la primera tiene como ingrediente activo el excremento de cocodrilo en un vehículo pastoso; la segunda es una especie de lavativa compuesta por miel y carbonato de calcio; la tercera se refiere a una sustancia gelatinosa. No obstante, el más conocido es el Papiro Ebers que fue redactado alrededor del año 1550 a. c., y es considerado el libro médico más antiguo. Allí se recomienda, con propósitos anticonceptivos, triturar astillas de acacia con miel, luego convertirlas en hilachas y colocarlas en la vagina.
Para la medicina prehispánica en México, civilizaciones como los aztecas y mayas basaban el uso de sus anticonceptivos en diferentes preparativos de hierbas. Actualmente, en algunos lugares sigue siendo una práctica común para controlar la natalidad y aliviar padecimientos relacionados con el ciclo menstrual.
Metabolitos secundarios producidos por las plantas son los responsables de estos efectos, conformando un área de desarrollo y aplicación biotecnológica. Por ejemplo, algunas saponinas encontradas en agave son empleadas para elaborar antinflamatorios y anticonceptivos.
La ruda, una de las plantas de mayor predominancia en los hogares mexicanos, con sus efectos abortivos, analgésicos y sedantes, sigue siendo el ingrediente principal en los remedios para el control de dolores menstruales. La canela, el romero y el jengribre, son otros ejemplos de compuestos base en la preparación de soluciones para padecimientos menstruales y algunos de los mismos, vienen acompañados de un efecto anticonceptivo.
Ya en la medicina moderna, México tiene un papel central en desarrollo de los anticonceptivos. La síntesis del ingrediente activo de la píldora anticonceptiva es considerada como una de las principales contribuciones con mayor impacto social en el siglo XX y uno de los inventos más importantes creados para la humanidad. El actor de esta investigación es el mexicano Luis Ernesto Miramontes, quien el 15 de octubre de 1951, logra sintetizar por primera vez la norethynyltestosterona, un agente antiovulatorio, recibiendo posteriormente la patente de este compuesto. En 1960 fue aprobada por Estados Unidos la primera píldora anticonceptiva, derivada de esta investigación científica; abriendo así una rama tecnológica en el campo de la industria farmacéutica.
El impacto de este desarrollo no solo radica en la parte científica, ya que forma parte de una revolución social. Lo que en un momento no solía ser una conversación casual y abierta, se convertía en una plática común que acompañaba a las revoluciones sociales y culturales de época en todo el mundo.
Actualmente, el abanico de opciones de métodos anticonceptivos químicos ofrece una serie de alternativas para la sociedad. Desde píldoras anticonceptivas con nuevas formulaciones hormonales, implantes subdérmicos, anillos vaginales de liberación prolongada, anticonceptivos inyectados, entre otros, son algunas de las opciones que la población puede elegir.
Para el mercado latinoamericano de medicamentos anticonceptivos, se proyecta un próspero desarrollo con una tasa de crecimiento del 5.5 % entre 2025 y 2034; lo anterior impulsado por la necesidad de frenar los embarazos no deseados, el aumento de la conciencia sobre la salud sexual y la fácil disponibilidad de píldoras anticonceptivas orales.