Irapuato Guanajuato. Miguel Sánchez Sánchez mejor conocido como “El flaco”, es uno de los comerciantes más antiguos de la llamada “rinconada” en el municipio de Irapuato “Sánchez” como también es conocido ya tiene 45 años con su negocio.
“Yo comencé de este lado, por el templo de San José y de ahí me fui por Manuel Doblado, ya después un compañero me dijo -vente para acá a “la rinconada”, acá se puede vender bien- y ahí comencé con unas cajas y una tabla, ya después me hice de un puesto, pero en ese entonces no vendía relojes, vendía aretes, pasadores, monederos, etc. Y los lentes eso siempre lo he vendido ya solo le cambié a los relojes, pero así fue el inicio”, dijo Miguel Sánchez.
El hombre de 71 años, debe su apodo de “el flaco” a su complexión y peso de hace unos años, pues su peso era de apenas 50 kilos.
“Toda mi vida he estado flaco noma´s ahorita ya estoy un poquito más repuesto, pero toda mi vida pesaba como 50 kilos, mis pantalones eran talla 28 por mucho 30 y pues todo mundo me conoce por “el flaco”, comentó don Miguel.
El originario de San Lucas Michoacán recuerda cómo es que comenzó a adentrarse en el comercio, profesión que lo ha llevado a recorrer diferentes estados del país.
“Soy originario del estado de San Lucas Michoacán, y como no teníamos papá me fui con una hermana a Ciudad Altamirano Guerrero y ahí me acomedía con las que vendían cena, les llevaba el agua, el hielo y después vendí donas y nieve, luego un hermano se había venido para acá a Irapuato a vender cintos, y como a los 12 años me trajo a mí también y andábamos como “de pata de perro vendiendo los cintos” aquí un mes o dos meses, luego nos íbamos 15 días a Celaya, 15 a Querétaro, 15 a Morelia, 15 a Zamora, 15 a La Piedad, 15 a Zacatecas, 15 a Durango, 15 a Torreón, 15 en Parral, 15 en Delicias, 15 en Chihuahua y otra vez se repetía la ruta”, expuso “el flaco”.
Fue hasta que su hermano se casó, cuando los “viajes de negocios” don Miguel acabaron.
“Ya luego mi hermano se consiguió una esposa que era de Durango y yo acá me rentaba en una vecindad en ese entonces”, comentó.
Una de las experiencias dentro del comercio que dejó marcado a don Miguel, fue el ser “estafado” a punta de pistola en Dolores Hidalgo.
“Me dejó algo marcado una vez que fuimos a vender cintos a Dolores Hidalgo hace 47 años, justamente fue para un 16 de septiembre, me metí a una cantina a vender los cintos, y un señor me dijo – Dame un cinto de mi medida-, se lo di se lo puso, se lo abrochó y me dijo –gracias- y yo me quedé de ¿Cómo gracias? Y me dijo – Yo te dije que me dieras un cinto de mi medida y tú me lo diste- y le dije –Pues es que no se trata de eso- y que saca una pistolota y me dijo –¿Entonces que, me lo vas a regalar? Y ¿pues qué hacía?, ya me salí, esa vez nos quedamos a dormir sobre un cartón sobre las piedras”, relató don Miguel.
Finalmente, el comerciante mandó un mensaje a los irapuatenses.
“Que nos busque acá ahora en la Plaza Abasolo, entre la catedral y la aguiluchos acá estamos para seguirle sirviendo”, finalizó Miguel Sánchez Sánchez “El falco”.