Por El Columpio.
Guanajuato, Gto.- Tanto, pero tanto “ego” no es posible, pero con el alcalde de Guanajuato, Alejandro Navarro, parece que todo se puede, hasta recibir un premio político en Estados Unidos para mostrar su “grandeza”, aunque el dicho dice “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.
El personaje en el que se ha convertido Alejandro Navarro, es tal que ir hasta Washington, mostrarse todo “pueblo” viajando en metro, comiendo sencillamente lo hace sentirse humilde, cuando una persona común difícilmente, podría darse ese lujo de ir a otro país, vestir sus prendas y andarse luciendo.
Pero Alejandro Navarro, pasó del ser el alcalde que “menospreciaba” a los turistas pobres a ser el ángel salvador de ellos, pues con tanta ocurrencia, tanto despilfarro de glamour y tantos baños de pueblo quiere acercarse a las cúpulas altas para gobernar y es que así en México hay algunos políticos de su misma clase que con bailar y cantar gobiernan.
Sin embargo, la capital del estado, fuera del escaparate que representa por ser una de las ciudades más bellas del mundo, tiene otro Guanajuato, con más de 65 mil personas pobres, 24 mil con un rezago alto educativo o bien 28 mil guanajuatenses con una línea con ingreso de bienestar mínimo, según datos de Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social –CONEVAL.
Es decir, que fuera de tanta “faramalla” el alcalde reelecto, no ha podido ni siquiera revertir un poco los problemas que aquejan a los capitalinos y todos sus discursos de “grandeza”, muestran su pequeñez, ante tantas necesidades, pero, en fin, solamente los que viven en ese otro Guanajuato, lo van entender.