Pénjamo, Guanajuato.- Apolonia Alcalá Ibarra, ha cumplido cincuenta y cinco años como comerciante, de los cuales treinta ha estado ubicada al interior del Mercado Hidalgo de Pénjamo. Lugar donde al inicio se las vio difícil, pues “no la querían”, según la comerciante.
“Cuando empecé aquí en el mercado no me querían, hasta la fecha hay quienes no me hablan, en ocasiones me llegaban a cachetear y me desgreñaban, para que me rindiera y me fuera de aquí, pero con la fe y la esperanza salí adelante, y pues no lo tomo en cuenta eso de que no me hablen, no me afecta”, dijo doña Apolonia.
La mujer de 76 años se vio obligada a iniciar en el comercio desde muy joven, tras la muerte de su esposo Isaías Pérez.
“Empecé a vender fruta a las afueras del mercado, pero ya cuando entré al mercado le empecé con la verdura, ya empecé en el comercio porque quedé sola a los 22 años, quedé viuda con 4 niños, él tenía su puesto de madera y lo trabajé, fue muy triste, porque mi suegro un día me recogió todo y me entregó solo las tablas de madera y pues a base de préstamos de mercancía empecé a hacer esto”, comentó Apolonia.
Una vez establecida como comerciante fija en el mercado, la mujer ha experimentado diversas satisfacciones, de las cuales, rescata el enseñarle a trabajar a sus hijos.
“El enseñarles a trabajar, pese a que yo les decía que se superaran no quisieron, pero saben trabajar y esa es una de las principales satisfacciones que me ha dejado este negocio, ahorita ellos venden abarrotes a fuera del mercado”, expuso la comerciante.
Uno de los principales retos al que Apolonia se ha tenido que enfrentar es la pandemia, pues no solo trajo una disminución en las ventas, sino que también perdió un hijo debido al covid-19.
“Estuvo bien triste en ese tiempo, pero aguantamos sentadas y sin vender, las puertas del mercado estaban cerradas, no entraba nadie, ahorita más o menos sale, alcanza para comer. Me dolió mucho mi hijo, se me fue con el covid, no duró, luego luego se fue, se me fue un tesoro”, externó doña Apolonia.
Para Marisela, hija de doña Apolonia, la mujer es su ejemplo a seguir.
“Ha sido un ejemplo de lucha y me ha enseñado a no rendirme bajo ninguna circunstancia, tantas cosas que ha vivido y ha sido muy fuerte. Y aquí voy a seguir con ella hasta donde Dios diga”, dijo Marisela Gómez.
Finalmente, doña Apolonia mandó un mensaje a los penjamenses.
“Que estoy muy agradecida con ellos, y aquí los seguimos esperando”, finalizó Apolonia Alcalá Ibarra.