Jacqui Beck, de 17 años de edad, fue al médico pues aún no había tenido su período. Las pruebas indicaron que tenía Síndrome de MRKH, una condición genética que provocó que naciera sin vagina, útero o cérvix.
“Salí llorando del médico. Nunca sabré lo que es dar a luz, estar embarazada, tener un período. Todas esas cosas que había imaginado, de repente se borraron de mi futuro”, lamentó Jacqui, quien dijo que la noticia la hizo sentir que no era una “mujer real”.
Pero lo más sorprendente es que el caso de Jacqui no es el único, resulta que una de cada 4 mil 500 niñas nacen con Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH).
Las pacientes con esta condición, tienen genitales externos normales, las mujeres se enteran que no tienen vagina una vez que quieren comenzar a ejercer su vida sexual, o cuando llegan a los 16 años y aún no les llega su primera menstruación.
No obstante las mujeres con MRKH si tienen ovarios funcionales. Es por ello que existen varias opciones de tratamiento, incluso la creación de un canal vaginal para que puedan tener relaciones sexuales; por otro lado, sus óvulos pueden ser removidos para ser fecundados in vitro y utilizar vientres de alquiler para la procreación.
Pero esto no destruirá a Jacqui, quien ve la situación como una prueba de vida y una oportunidad para ser un mejor ser humano.
Jacqui cuenta que confiesa su condición a todos los hombres que conoce, si ellos la aceptan tal como es, entonces será el hombre indicado para empezar una relación.