
Guanajuato, Guanajuato.- Una veintena de estudiantes de la Universidad de Guanajuato se manifestó nuevamente en las escalinatas del edificio central de la institución en protesta por la anticipada clausura de la muestra “Iconoclasia”, que era el trabajo final de Edder Damián Martínez, estudiante de Artes Plásticas.
La frase más contundente; “saquen sus rosarios de nuestros espacios”. Y el argumento específico. El estudiante creó una exposición a partir de la entrega de un planteamiento teórico conceptual, montada en un espacio de uso académico y con una explicación que aclaraba que no pretendía agredir a la religión.
Un puñado de católicos se sintió ofendido y sin haber visto la muestra ni leído el mensaje explicativo, presionó para que la rectoría general cediera y la clausurara, con un dato que pocos atendieron: “cuidar la integridad de las instalaciones y la comunidad universitaria”. Pesaron una carta del arzobispo de León y la ira creciente de los inconformes, manifestada en redes digitales, para que la institución cediera ante un embate conservador. La oposición a este tipo de expresiones, empero, también existe al interior de la universidad. Parte de la vieja guardia docente celebra la censura.
Y es aquí donde se debe entender que sectores sociales y de la misma comunidad universitaria no han entendido que hay nuevos tiempos y nuevas generaciones. Hasta antes del cardenismo, a las universidades los estudiantes debían entrar a clases con saco y corbata; todavía hasta principios de la década de 1980, en los recitos de la Universidad de Guanajuato se obligaba a descubrirse la cabeza si se entraba a ellos. De esa solemnidad perdida en lo privado se pitorrearon Carlos Fuentes y Jorge Ibargüengoitia.
En los últimos años, las expresiones políticas juveniles estudiantiles rompen los esquemas de un modelo conservador de lo “políticamente correcto”. Van los ejemplos más representativos:
El 22 de octubre de 2015, centenares de estudiantes tanto de la Universidad de Guanajuato como de otras instituciones protestaron en exigencia de esclarecer la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El 4 de diciembre de 2019 y el 5 de abril de 2022, ocurrieron dos manifestaciones que exigían castigo al acoso, reconocimiento de víctimas de violencia y protocolos de seguridad en UG: una en la capital y otra en León.
El 22 de marzo de 2022, alumnos de la Escuela de Nivel Medio Superior de León se manifestaron vestidos con minifaldas en protesta a por las declaraciones de la directora del plantel, quien pidió a las alumnas no usar minifaldas para no ser agredidas sexualmente.
El 3 de mayo de 2022, estudiantes cubrieron las escalinatas con pintura roja en protesta por el asesinato de uno de sus compañeros en Irapuato a manos de elementos de la Guardia Nacional.

De septiembre de diciembre de 2023, hubo protestas estudiantiles por el proceso electoral interno.
Se podrá estar o no de acuerdo con las posturas estudiantiles y sus formas de manifestación, pero el mundo adulto de la ciudad y de la misma universidad debe entender que son otros tiempos, otros momentos, otros temas y otras generaciones. Los cambios sociales y culturales se pueden contener, pero no evitar.
