Columnas

Un paseo por el tiempo… corrida en la Plaza “Revolución”

Con el grito de torero, torero, torero, suenan las dianas, caen los sombreros y toda clase de vestimentas en honor al torero

Por: Juan José López Luna Fotos: ADP

El monumento más antiguo que existe de lo que fue el complejo deportivo “Revolución”, es la plaza de toros del mismo nombre que, junto con el frontón, es lo que queda y ambos siguen activos… uno de los grandes proyectos de…

Era construir una plaza de toros y para el año 35 comenzaron a levantarse los enormes pilastrones de cemento en círculo, luego las espaciosas gradas, pero en el año 37 cuando estaba a la mitad, se dieron una serie de corridas para obtener recursos y terminar la construcción, así que realmente ahí nació la plaza, pero fue hasta el 24 de Noviembre cuando la terminaron y fue bautizada como “Revolución”…

Y desde entonces por casi 80 años y sobre todo en las fechas tradicionales 21 de marzo y 20 de noviembre, la gente amante de la fiesta brava acude al recinto donde toro y torero crean al arte efímero que es el toreo…

Días antes de la corrida, casi siempre en la noche madrugada llega un camión con los 7 toros que habrán de lidiarse, y ante la mirada del juez y gente de la plaza, van siendo bajados los bureles a los corrales donde ya les espera alfalfa acicalada, alimentos en grano, agua y sal, algunos quedan separados porque se pelean entre sí, un caporal se hará cargo de ellos los días siguientes, mientras tanto en los alrededores y muchas calles del pueblo aparecen grandes carteles anunciando el magno festejo y los aficionados se frotan las manos esperando el gran día…

Llega la fecha y desde temprano el coso y el ruedo lucen arreglados, el empresario nerviosamente revisa y gira órdenes a mucha gente para que todo salga bien…al medio día llegan apoderados y gente de los toreros para hacer el sorteo, previo van a los corrales y uno a uno observan a los toros, anotan números, pintas y otras características, luego hablan con el juez y acuerdan enlotar por parejas los 6 bureles y se anotan en papelitos de arroz al mismo tiempo que cada quien reza lo que se sepa y hechos bolita los ponen en un sombrero, los mueven y por orden de antigüedad van metiendo la mano para sacar 2 y decirle al juez los números, ya está echada la suerte…

Luego los torileros con la lista se preparan para enchiquerar y conforme vayan entrando los toros al cajón se pone el numero en la puerta junto con el de si lidia, así por ejemplo el No.33 va en 3er. Lugar…

Para las 2 de la tarde los vendedores de refrescos, cervezas y papitas se alistan en diferentes puntos de la plaza para comerciar sus productos, mientras afuera las largas filas de aficionados auguran un lleno hasta la azotea…

“Tortas tortas, pásele a las tortas calientitas”, “puros, lleve sus puros para disfrutar la corrida”, “cojines, baratos los cojines”, “tacos doraditos tacos”, “siéntese joven siéntese, ya va a estar la carne asada, con chorizo, sopa y frijolitos, antes de que empiece la corrida”, “pásele a la birria marchante, pura birria chivo tiernito”, “qué le damos señor, un capote, muleta, un trajecito para el niño con todo y montera, baratos, una pulsera o algo de recuerdo”…Un gran bullicio minutos antes de las 4 de la tarde en todo alrededor del coso…

A las 3:45 poco a poco van llegando los toreros, picadores, y subalternos y uno a uno van entrando a la capilla para santiguarse y ponerse en las manos de Dios y los Santos de su devoción, ya en el patio de cuadrillas los monosabios alistan todo y ayudan a preparar los caballos de pica, un alboroto total, todos quieren la foto con su torero favorito, el autógrafo y el apretón de manos, al 5 para las 4 los diestros y subalternos comienzan el rito de liarse el capote de paseo y se alejan de la gente para rezar una vez más, mientras el alguacilillo sale al ruedo y recoge la llave de los toriles, regresando a la puerta de cuadrillas para con todos los toreros partir plaza, suenan parches y metales en el clásico paseíllo, la gente ya saborea el arte que cada espada ha de crear con sus toros…

Al salir el primer toro a la arena, los nervios cesan los olés hacen que todo se transforme en una algarabía, aplausos, gritos y risas de satisfacción, toreo de capote, verónicas, chicuelinas, gaoneras, tafalleras y vistos remates con la suerte de picar, son el primer tercio, 3 pares de banderillas, son el segundo y viene lo grande con la muleta, el brindis del torero a la concurrencia, pases de rodillas, por alto, doblones, luego un trincherazo ya en los medios y la ovación grande, después un péndulo a medio ruedo un cambiado de mano y a correrla en naturales largos, lentos, aterciopelados y redondos, uno tras otro sin apenas girar las zapatillas y viene el remate con un pase de pecho largo, largo…

La gente se desgañita con el grito de torero, torero, torero, suenan las dianas, caen los sombreros y toda clase de vestimentas en honor al torero, la faena sigue con derechazos de igual factura que los naturales, el toro embiste con celo y nobleza a los toques de la muleta pero desafiante a cualquier error del espada para cogerle y herirle o hasta matarle, tandas y tandas, luego manoletinas, sanjuaneras, pellizcos de arte y viene la suerte suprema, el diestro hunde la espada en todo lo alto, rueda el toro como fulminado, la gente enloquecida por el arte vivido, ondea pañuelos blancos pidiendo orejas y rabo como premio al torero que da vueltas al ruedo…

Al final la turba baja para llevarse en hombros por la puerta grande y las calles hasta el hotel al o los toreros triunfadores… Ah qué grandes tardes de toros se han vivido en la plaza de toros “Revolución”.

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