Todos los candidatos visitan a los más pobres, se toman fotos en los lugares más alejados, con baches, sin pavimento, sin agua o en las comunidades, sin embargo, al parecer no entienden cuáles son las necesidades reales de la población y no precisamente son las dádivas de programas o ayudar a los que menos tienen.
Ya sea del PRI del PAN, MORENA, Movimiento Ciudadano o el nombre que se le quiera poner, en las campañas para ser específico de Guanajuato y sin menospreciar que hay similitudes en otros estados, le tónica de los y las candidatas es andarse paseando supuestamente con los que más necesitan.
“Yo si ayudo sin tener un cargo público”, “Yo si tengo propuestas”, “Yo si voy ayudar al campo”, todos con el yo yo, bien puesto en estos tiempos de elecciones, donde Guanajuato y los guanajuatenses requieren políticos de altura de esos de primer nivel, no improvisados, chapulines o repetidores.
Poco menos de dos meses de abrazos, de besos, de lágrimas, de caminar en las calles empolvadas, de culpar al gobierno actual o al pasado, así se mueven las campañas en el lindo Guanajuato, situado en el peor escenario de inseguridad, donde la culpa no es tal o cual partido es por la falta de unidad, de trabajo y amor verdadero por el Estado.
El lindo Guanajuato, sumido en problemas económicos, de sequía, de empleo, pero si con muchos aspirantes a cargos que creen merecer ese puesto, que creen que llegar a ser alcaldes, alcaldesas, diputados, diputadas, los hace mejores personas, cuando ni siquiera se muestran ante los votantes, tal y como son.
Así es, algunos de ellos son empresarios prósperos que ni siquiera comen en el mercado, otros han llegado por obra de la causalidad, es decir, sin méritos profesionales y los menos que dicen estar preparados, muy alejados de la población, de los ciudadanos, pero en fin así es la política de este bello y majestuoso estado llamado Guanajuato.