Estado

Todo caos trae consigo un orden: la reestructura social planteada por el Coronavirus.

Hoy: el mundo, el país, el Estado y el municipio necesitan menos críticos y más modelos, menos quejas y más acción, darnos cuenta que somos vulnerables

A principios de este año llega un virus que ataca nuestro país, donde comienza a generar un caos que atañe a la sociedad, llevándonos a detener un momento el mundo. Foto ilustrativa

Pénjamo, Guanajuato, LIC. ANDREA JULIETA HERRERA SALDAÑA

A principios de este año llega un virus que ataca nuestro país, donde comienza a generar un caos que atañe a la sociedad, llevándonos a detener un momento el mundo tan acelerado que estamos viviendo, a reflexionar acerca de cómo un abrazo, un beso y un saludo de mano nos puede perjudicar al grado de un contagio o incluso hasta la muerte misma.

Como sociedad vivimos al pendiente del otro y lo que hace, raras veces nos adentramos a nuestra persona a mirar con nuestros propios ojos; que cuestionar carencias y limitaciones, como sospechando que probablemente no encontraremos muchos aspectos o vivencias no tan agradables que impliquen cambios y, por lo tanto, dejar ese estado de aparente confort.

Es necesario que exista el caos en un sistema para reestructurar su orden, el estatismo conduce a la muerte, a lo olvidado, que termina por dejar de servir, o su función suele pasar a segundo plano. Poco a poco hemos podido percatarnos de la importancia que genera la vida y como seguir preservándola, tenemos miedo a lo desconocido y aquello que no conocemos es la muerte.

A manera de reflexión llegan situaciones que nos hacen pensar que todo lo que un día parecía imposible hoy se hace realidad, que los sueños no se aplazan y estos se cumplen, que un vestido no es para una ocasión especial pues todos los días de vida son ocasiones especiales, que vale más un abrazo, un beso o una caricia de las personas que amamos que una bolsa de marca, unos zapatos caros cuando dentro de un confinamiento no podemos lucirlos.

Este caos que ha generado el virus ha servido a manera de crecimiento pues como sociedad hemos visto que somos capaces de hacer mucho con lo poco que tenemos, de sacar fuerzas de donde jamás imaginamos que estuvieran, de lograr aquellos sueños que un día detuvimos y de demostrar que nunca es tarde para aprender algo nuevo.

Dentro del confinamiento existirán situaciones que no serán tan agradables, habrá padres que se darán cuenta del abuso de sustancias de sus hijos, la depresión, ansiedad e ideación suicida jugarán un papel fundamental en la salud mental de cada individuo.

Nos daremos cuenta de patologías que antes por la prisa no éramos capaces de reconocer que existían en nosotros mismos o en alguien de nuestra familia, es importante detenernos a pensar: ¿Qué no he estado viendo? ¿Qué aprendizaje existe dentro de todo esto?; más que quejas y constantes reclamos ante el gobierno, los médicos, enfermeras o querer culpar a los demás de lo que hoy por hoy está sucediendo es tomar la parte que desde mi trinchera me toca por hacer.

Hoy: el mundo, el país, el Estado y el municipio necesitan menos críticos y más modelos, menos quejas y más acción, darnos cuenta que somos vulnerables no ha sido una tarea fácil, el reconstruir un mundo donde ha entrado un caos mostrándonos una forma nueva de vivir, de entender que lo material paso a segundo plano que como solía decir un filósofo griego llamado Diógenes de Sinope “Menos es Más”, entender que con poco somos felices, y que en la simplicidad están los mejores regalos llamados: tiempo, amor, paz y sobre todo salud; así como que los limites son mentales y que nada puede detenernos para lograr nuestras metas, que todos necesitamos de todos e incluso un solo grano de arena en el mar es importante pues sin ese grano no sería lo mismo.

Podemos reconocer que como sociedad la unión ha logrado la fuerza, hemos tendido la mano al necesitado, al vulnerable, al enfermo, pero también reconozcamos que hemos sido críticos, injustos y crueles con el contagiado, con el que ha estado al frente de un enfermo por COVID-19, con el que sale a ganarse el pan siendo que vive al día y lo señalo con el dedo llamando inconsciente, cuando baño al personal de salud en cloro, e impido que aborde un transporte por considerarlo portador del virus, “Un conocimiento a medias es peligroso” Foucault (1999);p ues esta sociedad que juzga y ataca constantemente tiene un conocimiento escaso, carente y conformista donde le parece injusto pagar por un servicio médico, pero derrocha dinero por una cerveza, donde considera que es merecedor de todo sin aportar nada, y  en donde creemos más en la brujería que en un virus.

Parece irreal lo que está pasando, un sueño que quisiéramos despertar y que todo acabará, sin embargo, es una realidad que nos enseña afrontar nuestros miedos y que nos invita a realizar cambios en nuestra vida, dejar la rutina y aprender a crear para resurgir como seres distintos pues siempre es importante renovarse o morir.

Resurgiremos como nuevos con grandes retos que afrontar, quizás comenzaremos desde cero, pero si hay que empezar de cero pues se empieza, si hay que detenerse nos detenemos y si tenemos que avanzar avanzamos, no permanecer en la homeostasis, pues no hay un cuerpo más equilibrado que un cadáver, reconocer que lo que ayer nos dolió hoy más que nunca nos hace fuertes, avanzando con pasos firmes y concretos hacia un nuevo día.

Nuestra sociedad atraviesa una etapa de confrontación con nosotros mismos de introspección y análisis constante y claro de crecimiento o retroceso depende de cómo cada uno de nosotros queramos ver las cosas, así como nadar o hundirnos ante un caos inminente que esta frente a nosotros y nos obliga a caminar o detenernos.

 

Las salas de espera de los hospitales y clínicas de salud se encuentran vacías y podemos ver que el miedo a enfermar nos programa a nivel mental para no caer en una institución de salud, cuando anteriormente se llenaban diariamente a solicitar medicinas para un padecimiento que hasta cierto punto era somatizado, el terror se ha apoderado de cada uno de nosotros y hemos logrado que nuestra mente nos mantenga sanos físicamente, pues:

“Para controlar a un pueblo hay que conocer su miedo y es evidente que el primer miedo de cada individuo es estar en peligro mortal. Una vez que el ser humano se hace esclavo de su miedo, es fácil hacerle creer que el papá Estado estará listo para salvarlo. (”George Orwell, 1984).

Así mismo el doble vínculo (Gregory Bateson 1956),  ha hecho presente cuando el propio sistema nos dice: No salgas, pero abre negocios y si ocupas salir pues sal, de igual manera cuando se menciona el cubre bocas no sirve, bueno sí sirve solo si estas infectado, pero como no sabes si lo estás mejor póntelo, así como infinidad de ejemplos que podemos mencionar y que en el día a día están presentes e incluso al señalar a los que agreden al personal de salud, pero dentro de la misma institución yo suelo discriminar  a mis compañeros

El ser humano que hoy se ha visto obligado a separarse de aquellos a quienes ama, pues el mismo afecto puede perjudicarlos viéndose fragmentado con estados de ánimo deprimidos, tristes y ansiosos: (John Bowlby, 1977), enuncia que venimos preprogramados biológicamente para construir vínculos con los demás y que estos nos ayudan a sobrevivir y al mantenernos en distancia resulta una tarea difícil de realizar, aunque represente salud física, pero que se ve coartada la salud mental.

Los mares, ríos, y demás destinos turísticos han tomado un respiro de tanta humanidad que contaminaba de forma desmedida, la naturaleza ha recobrado el cauce que se merece, los animales sus territorios, así como han descansado de la caza y de que sus hogares sean invadidos, parte de un cambio que nos ha obligado a permanecer en casa dando a otros la oportunidad de sanar lo que el ser humano poco a poco ha ido destruyendo.

Cabe señalar que hoy por hoy el reto constante es hacernos más humanos, más conscientes y agradecidos por lo poco o mucho que tenemos aprendiendo paso a paso y día a día a soltar lo innecesario.

A compartir con el prójimo que tiene menos suerte y está más necesitado, pues esta pandemia nos ha mostrado el lado poco afortunado de la sociedad: la familia que no tiene alimentos, el enfermo que no completo para sus medicamentos,  la madre soltera que se quedó sin sustento por su actividad económica comercial, el anciano que ofrece sus productos diariamente en una esquina y  un sin fin de personas que han necesitado una mano amiga en esta reestructuración de un sistema que colapsa por la desinformación y las creencias abstractas de que todo es una invención del gobierno para eliminar a los más débiles, a los más necesitados o dependientes del sistema.

Pero sobre todo veremos un país creciente que no se rinde, que no se cansa, que no se calla y que esta al “pie del cañón” en constante lucha por salir adelante, hablando con la voz de lo que se han callado, con el coraje y la valentía de los que se han adelantado en esta pandemia y que han tenido un efecto de onda, pues lo que hace uno afecta a todos (Bertalanffy, 1987).

Es importante mencionar que cada persona, familia, sociedad se encuentra en una incansable lucha entre el sobrevivir en confinamiento sin la canasta básica de alimentos o enfermar al salir y ganar el pan diariamente, negocios que han cerrado sus puertas por la incertidumbre y el enorme gasto que genera el mantenimiento de los mismos, la situación se torna cada vez más y más difícil  pareciera que es el fin del mundo cuando todo va en decadencia y comenzamos por añorar el término de esta pandemia para volver a lo que antes conocíamos como normalidad.

Sin embargo, el cambio vendrá pues es inminente después de un caos una reestructura de un sistema, un nuevo comienzo, un nuevo mundo, una nueva sociedad, familia e individuo, pues dejará en cada persona algo distinto ya que: “Nadie puede sumergirse dos veces en el mismo río porque fluye”. Explicando no sólo que el agua del río fluye, sino que las personas también se modifican de un momento a otro. (Heráclito, 535 – 484 a.C.).

Entonces los fracasos y el caos nos recuerdan que somos humanos, que estamos vivos y que seguimos respirando, recordemos que una línea de muerte es recta y que si hay altas y bajas es porque seguimos adelante, avancemos en el proceso, no nos detengamos en esta lucha pues está bien caerse, pero no quedarse tirado, pongámonos de pie es solo un tropiezo, una pausa, un caos que está generando un cambio y por lo tanto un nuevo y mejor comienzo.

RESUMEN:

Sabemos que el caos es un destructor de todo a su paso, pero no nos cuestionamos la finalidad que tiene dentro de un mundo, un país un Estado o incluso en un Municipio, el cual es fundamental para el crecimiento y reestructuración de una sociedad. En el transcurso de esta pandemia seguramente nos encontraremos con situaciones de crisis ya sea sociales, familiares e individuales es por ello la importancia de conocer que no todo caos es destrucción, pues este aborda el concepto del orden dentro del desorden.

CONCLUSIONES

Para finalizar vale la pena tener presente las ideas antes mencionadas, quizá algunas nos hagan más resonancia que otras…

  • Todo caos trae consigo un nuevo orden
  • El miedo como paralizador dentro de la sociedad
  • El cambio es inminente ante un caos
  • En la unión reside la fuerza
  • La reestructura de un sistema ante el colapso social
  • Renovarse o morir
  • Menos, es más: la simplicidad esta en las cosas que no se pueden comprar
  • Un respiro a la naturaleza
  • Reconocerse como seres vulnerables
  • La importancia de la cercanía de las personas que amo
  • La resiliencia que el país ha presentado ante esta pandemia
  • La escasa información e ignorancia que tiene con respecto al virus
  • Un conocimiento a medias es peligroso
  • Un nuevo comienzo como individuos, familia y sociedad
  • Los cambios representan nuevos comienzos

BIBLIOGRAFÍA

  • Bertalanffy, Ludwig von (1951). Teoría General de Sistemas
  • Lydia Alix Fillingham. Moshe Susher (2006). Foucault para principiantes
  • John Bowlby (1977). Teoría del Apego
  • Bateson, Gregory (1952). Pasos hacía una ecología de la mente.
  • Michel Foucault (1999). La Arqueología del saber
  • Secretaria de Salud del Estado de Guanajuato (2020). CESSA PÉNJAMO
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