“Si volviera a nacer volvería a ser maestro”: Francisco Octavo Hernández, 47 en la docencia

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Irapuato, Guanajuato.- Fue en el año de 1968 cuando Francisco Octavo Hernández originario de Abasolo Guanajuato comenzó a dedicar su vida a la formación integral de los jóvenes, “me he dedicado toda mi vida al servicio docente que es una carrera a la cual amo mucho, si volviera a nacer volvería a ser maestro”, estas fueron las palabras de Octavo luego de 47 años de trabajar al de la educación en México.

Francisco Octavo Hernández platicó que su primera experiencia en la docencia fue en Rancho Nuevo de la Cruz, posteriormente se desplazó a la escuela primaria 20 de Noviembre donde tiene ya 32 años de Director, “llevo una vida tranquila, de enseñanza de acercamiento con los niños y con los padres de familia”.

Además el docente platicó que trabaja también en la escuela Virginio Uribe y ya tiene 28 años al servicio docente, “muchas generaciones, muchas satisfacciones y sobre todo lo que significa el deber cumplido, me siento muy contento y doy cada día lo mejor que puedo” dijo.

Un camino difícil de lucha y trabajo

El maestro platicó con gran entusiasmo y sentimientos encontrados como inició a pesar de las adversidades en la actividad docente, resaltando que durante su instrucción primaria que realizó en su querido municipio de Abasolo se encontró con grandes maestras, “maestras que me ayudaron mucho, que influyeron mucho en mi persona” dijo.

Asimismo Octavo Hernández mencionó que en aquel entonces sus padres no contaban con los recursos económicos necesarios para poder brindarle una educación, “no me permitía nuestra situación seguir estudiando, mi futuro después de la primaria era enseñarme un oficio, mi padre quería que yo fuera carpintero.  Se presentó la ocasión que en 1962 fui el alumno más aplicado de Abasolo, y fui a México a saludar al Presidente Adolfo López Mateos representando al estado de Guanajuato, allá se me abrieron las puertas me orientaron y me dijeron que presentara un examen en un internado en donde se estudiaba secundaria y normal, entonces me fui y abandone mi hogar y mi familia a los 11 años, sabía yo que tenía que hacerlo estaba en juego mi futuro, lloraba pues nunca había salido” mencionó.

El alejarse de su familia y aventurarse en sus estudios con maestros según pudo relatar muy rígidos y estrictos le ayudó a formar el carácter. En dicha escuela aprendió que los maestros debían trabajar en el medio rural y que tenían que “vivir” con ellos, para ser gestores, maestros de día y noche, pues iban a alfabetizar, a construir aulas, fundar escuelas, ayudar a electrificar y poner redes de agua potable, “todo eso lo realice en la comunidad Rancho Nuevo de la Cruz, ahí comprendí que esta es labor muy bonita, es de dar, sé que se goza más dando que recibiendo” concluyó.

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