Irapuato, Guanajuato.- Hace meses Juan se había ido a trabajar a Estados Unidos para poder enviar dinero a su esposa y su hija de tres años y buscar una vida mejor. Con una parte del dinero que mandaba, compró una camioneta y cuando fue a recogerla comenzó el infierno: fue “levantado y torturado”, su hija recibió un balazo y “sólo por una equivocación”, así la historia de un irapuatense que está vivo de milagro.
La vida para Juan “N” del que omitimos nombre y lugar exacto de los hechos por el gran temor a ser asesinado, tuvo una situación tan lamentable que simplemente platicar del tema es de horror para él y cada uno de sus familiares.
El hecho ocurrió en una colonia de la zona sur de Irapuato, justo a la salida a Abasolo, cuando Juan se apalabró con el propietario de una camioneta que fue pagando con el dinero que enviaba de los Estados Unidos y que llevaba su esposa cada semana.
Cuando Juan llegó del “norte”, fue a pagar lo que restaba del vehículo para traerlo a su casa, ese día era un viernes y le había prometido a su esposa María “N” y Joselyn “N” de tres años que las iba a llevar al centro a dar la vuelta.
Cuando fue por el vehículo, lo hizo en un taxi y después de bajarse, culminó el trato; prendió la unidad y comenzó avanzar a su casa, sin embargo, no se había dado cuenta que detrás de él, venía otra camioneta con personas armadas que lo venían siguiendo.
Al llegar a su casa situada por la misma zona, abrió la puerta de la cochera y justo en ese momento los hombres armados comenzaron a disparar; una de las balas impacto en la pierna izquierda de la pequeña niña y a la par, los hombres se llevaban a Juan a la fuerza.
Durante el trayecto, Juan dijo que “me tenían vendado y ellos iban diciendo ‘le cortamos la cabeza primero o las manos, o primero lo matamos´, pensé que ya me iba a morir, no sabía por dónde me llevaban”.
La víctima fue sacada de la ciudad y trasladada a una comunidad, donde lo bajaron y antes de quitarle la venda, los presuntos sicarios dijeron “patrón aquí se lo traemos” y el supuesto jefe les dijo al verlo “se equivocaron, él no es, hay que dejarlo vivo; están bien pendejos, porque aparte le dieron un balazo a una niña, nosotros no matamos por matar”.
Uno de los “asesinos”, replicó “jefe ya nos vio la cara, debemos matarlo, al cabo ya lo tenemos aquí” y el “jefe” les volvió a decir, “déjenlo libre no hizo nada”.
Juan, fue severamente golpeado y abandonado a la orilla de la carretera, ahí le pusieron la pistola en la cabeza y le dijeron que contará hasta 100 para que pudiera irse “conté hasta mil, me levante y nadie me quería recoger, me tuve que ir caminando y cuando llegue por el paso a desnivel, me metí a la tienda de una amiga y ahí le hablaron a mi familia”.
Juan se encuentra vivo y su hija de tres años, afortunadamente tuvo una lesión que no era de gravedad; al parecer el problema se derivó porque la camioneta que había adquirido era de una persona que se dedicaba a la venta de drogas y presuntamente fue confundido.