
Manuel Doblado, Guanajuato.- El amor al fútbol a los colores de un equipo, a la pasión que se vive desde las tribunas o atrás de un televisor, a ese cariño irracional que calienta la sangre al ver que nuestro equipo ha anotado un gol en ocasiones es tan fuerte que sobrepasa los límites de la vida y se lleva a la eternidad.
Así es la historia de Noe y Víctor quienes murieron en el municipio de Manuel Doblado y que sus restos descansan en el panteón municipal en una tumba que resalta dentro de las demás no por lujosa, ni grande, sino por los colores y el escudo de su equipo La Máquina Celeste del Cruz Azul que está pintado en toda la pared del edificio de gavetas.
Aunque la tumba de Noe y de Víctor luce similar a las demás tumbas del panteón, es innegable que destaca por la pasión que aún después de muertos su equipo sigue despertando en estos dos aficionados celestes.
Sin embargo, como todo en el fútbol siempre se trata de ganar y de sobrepasar al contrario, ya hay en otra sección del panteón de Manuel Doblado, otras tumbas que quieren igualar esta pasión, una inmensa pared pintada de azul y oro, los colores de Los Pumas de la Universidad.
La familia Núñez Vázquez está a la espera de apoyar a su equipo desde el más allá, puesto que todavía los espacios designados para que reposen los cuerpos de esta familia lucen vacíos, en algún momento comenzarán a llenarse y con esto quedará patente que no solo la Máquina es apoyada por aficionados de ultratumba, sino que los Pumas de la Universidad también tienen este privilegio.
Pero mientras esto sucede, el marcador se inclina en favor del Cruz Azul pues Noe y Víctor ya ven desde otra dimensión los encuentros y si han visto que alguna bola no entra en portería de los azules, tal vez sea porque estos personajes dan una ayudadita a su equipo para que su meta no sea abatida.
