Irapuato, Guanajuato.- Desde qué Óscar Vargas de 25 años sufrió de dos asaltos en una misma semana, su vida dio un giro de 180 grados, pues desde ese día el joven vive con miedo de perder la vida en un asalto.
Hace dos años el joven sufrió de un intento de asalto en compañía de un amigo, ocurrió en el parque Tabachines cuando los dos chicos esperaban a un tercer amigo que pasaría por ellos para ir a León, por lo que Óscar tomó su celular para enviar un mensaje, en ese instante un hombre se acerca a él y trata de arrebatarle el teléfono, por lo que empezaron a forcejear, en este jaloneo, el joven lanzó su celular lejos para que no pudiera tomarlo el asaltante, sin embargo, este sacó una navaja y se la puso en el estómago, una vez ocurrido esto, el chico se levantó del lugar donde estaba sentado y se dispuso a pelear con el asaltante, quien al ver que no pudo quitarle el teléfono salió huyendo del lugar.
El chico al ver que no le pasó nada, siguió con su vida normal, hasta después de una semana, cuando acompañó a su padre a sacar dinero del banco, pues iba a cobrar su quincena, luego de salir de la sucursal bancaria, se dirigieron a una Concesionaria de coches, pues se encontraban en proceso de comprar un automóvil, al llegar al lugar y casi al entrar al comercio, dos hombres llegaron por la espalda y a punta de pistola, gritándoles no volteen y danos el dinero, al escuchar esto, Óscar volteo inmediatamente y vio que su padre se resistía al asalto, al momento de ocurrir esto uno de los asaltantes dijo una frase que marcó la vida del joven “dale un plomazo y mátalo”, el chico al escuchar esto temió por la vida de su progenitor y le gritó “ya dáselo”, acto seguido el señor entregó el dinero y ellos pensaron que ya se retirarían, sin embargo, no fue así, pues un tercer asaltante salió por enfrente y le quitó la cartera al señor.
Los asaltantes salieron huyendo y abordaron un automóvil, al suceder esto, Óscar y su padre acudieron al Ministerio Público a levantar la denuncia, pero el personal de la dependencia solo tomó la información y les dijeron que si llegaban a tener información, les avisarían, de este caso ya han pasado dos años y hasta ahora no se vio avance en la investigación.
Desde los hechos ocurridos, el joven cada vez sale con más precaución a la calle y con miedo de perder la vida por un celular o por unas cuantas monedas.