La ciencia ficción de la interacción entre el hombre y las máquinas en la que los seres humanos manipulan computadoras solo con el movimiento de sus manos, ojos o incluso sus pensamientos está por dejar el plano de la imaginación gracias a un nuevo desarrollo de Facebook Reality Labs, que busca convertir los impulsos musculares de nuestras muñecas en nuestros nuevos mouse y teclados.
En una presentación Mike Schroepfe, jefe de Tecnología de Facebook y un grupo de investigadores y científicos de la red social confirmaron los planes de la compañía por crear una nueva interfaz de interacción entre humanos y máquinas: una serie de pulseras capaces de interpretar los movimientos de nuestros dedos o antebrazos y convertirlos en algo tan sencillo como un clic o en algo tan complejo como escribir sobre teclados imaginarios o mover objetos inexistentes.
“Es emocionante el momento que estamos viviendo con el crecimiento de tendencias como la realidad aumentada o virtual, porque nos obliga a crear tecnologías que simplemente no existen en estos momentos”, dijo Schroepfe.
El director de tecnología de Facebook dijo que uno de los problemas más grandes de esas tendencias es cómo resolver el problema de ingresar comandos, como lo hicimos en su momento con las tarjetas perforadas, el mouse y teclado y recientemente con nuestros dedos a través de pantallas táctiles.
Esto, porque en el mundo virtual y de realidad aumentada los elementos digitales que vemos son 100% intangibles no existen en pantallas manipulables como las de nuestras computadoras, smartphones o tablets, sino que se despliegan a centímetros de nuestros ojos.
Es ahí donde entra el nuevo concepto de Facebook: pulseras EMG (electromiografía), una tecnología que utiliza sensores para traducir las señales nerviosas del motor eléctrico que viajan desde la muñeca hasta la mano en comandos digitales que puede usar para controlar las funciones de un dispositivo, explica Sean Keller director de Research Science de Facebook Reality Labs.
El director del laboratorio comenta que la razón para elegir EMG como tecnología para las pulseras es que esta tecnología “puede comprender el movimiento de los dedos de solo un milímetro. Eso significa que el input o entrada de información no requiere esfuerzo. En última instancia, incluso puede ser posible sentir solo la intención de mover un dedo”.
Sin embargo, los ejecutivos e investigadores de Facebook explicaron que las pulseras no solo tienen que ser capaces de interpretar los movimientos musculares del usuario, sino que también necesitan aprender del mismo, dar retroalimentación y entender el contexto o lugar en el que se están usando.
“Queremos crear lo que denominamos un click inteligente, es decir, el sistema podrá hacer inferencias profundas sobre lo que podría querer hacer el usuario en diversas situaciones en función de la información que elija compartir sobre su persona o su entorno. Esto abre la oportunidad de construir una plataforma de computación en la que el usuario y no el dispositivo sea el centro, donde sin importar el momento siempre tenga presente información relevante y opciones, un sistema proactivo en lugar de reactivo”, dijo Keller.
Un ejemplo, según los investigadores, es si el usuario entra a una cafetería con sus lentes de realidad aumentada, su asistente inteligente le puede dar la opción de ordenar su café favorito y el usuario sin tener que hacer movimientos exagerados puede aceptar la orden, modificarla, cambiarla e incluso pagar sin tener que sacar su computadora o smartphone.
Para que eso suceda el dispositivo y las pulseras tienen que entender que el usuario se encuentra dentro de cierta cafetería, que tiene lo que le ofrecen y solicita y que acepta su método de pago.
“Eso demanda la creación de una plataforma en donde la privacidad proteja no solo la información recabada por los movimientos y señales del usuario que utiliza la tecnología, sino para todo lo que le rodea”, dice Schroepfe.
El otro gran reto que Facebook busca resolver con estas pulseras es la respuesta. Es decir la capacidad del dispositivo de decir al usuario que entiende lo que solicita o que incluso crea ciertas sensaciones dependiendo de lo que se esté ejecutando.
Thomas Reardon director de Interfaz de Neuromotores comenta que la respuesta está en tecnologías hápticas vía EMG. Así como nuestros teléfonos inteligentes pueden crear vibraciones hápticas diferentes dependiendo de la aplicaciones que estemos utilizando, las pulseras crean una serie de vibraciones o sensaciones distintas.
“Puede ser una alerta de mensaje, llamada, un email marcado como urgente o la respuesta de una aplicación o función”, dice Reardon. Incluso la sensación puede ser tan clara, como si estuvieras manipulando objetos reales.
“¿Nos preguntamos mientras tiras de la cuerda del arco la tensión de la cuerda en la vida real crece en los dedos de las personas, no solo en sus antebrazos? Se trata de crear la misma sensación como si realmente estuvieras tirando de un arco en la vida real”.
Para la gente del laboratorio, este tipo de tecnologías no solo cambiará la forma en la que los humanos interactúen con las máquinas, sino que podría cerrar la brecha de discapacidad para ciertas personas.
Los investigadores de Facebook han probado la tecnología con personas con malformaciones congénitas en los brazos. Así, aunque un usuario puede carecer de los cinco dedos o una mano completa, la pulsera en su muñeca o antebrazo puede registrar las pulsaciones o movimientos musculares para convertirlas en movimientos precisos de una mano completa en ambientes digitales.
Aunque actualmente Facebook y sus investigadores ya trabajan en el desarrollo de varios prototipos de pulseras EMG y sus posibles aplicaciones, el CTO de la red social y los investigadores fueron muy enfáticos al explicar que aunque ya existen fuera del papel, todavía faltan algunos años antes de que estas tecnologías lleguen al mercado de forma comercial.
“Estamos en una fase muy temprana de su desarrollo, contamos con varios prototipos ya pero constantemente nos preguntamos cuál es el estado actual de su desarrollo y a dónde se dirige. No puedo dar una fecha de cuándo este tipo de tecnologías pueda estar como productos al mercado, pero lo positivo es que esto está avanzando muy rápido”, comenta Schroepfe.