
Guanajuato, Guanajuato.- Brigitte Bardot, la icónica actriz francesa y ferviente activista por los derechos de los animales, falleció este 28 de diciembre de 2025 a los 91 años en su casa de Saint-Tropez. Ícono de belleza, deja una imagen compleja, tan admirada como controvertida.
En Guanajuato se le recuerda por el rodaje de la película “¡Viva María!”, cinta que permitió a los santafesinos conocerla, así como a la actriz Jeanne Moreau y el director Luis Malle.
Una estrella que se convirtió en leyenda
Bardot saltó a la fama con ” Y Dios creó a la mujer ” en 1956, se convirtió rápidamente en la personificación de una nueva forma de libertad femenina. En la pantalla y en la vida real, rechazó las normas y desafió los códigos de la feminidad. Musa, actriz y cantante, se convirtió en un fenómeno global y un símbolo para toda una generación.
Feminista crítica
Brigitte Bardot nunca se autoproclamó “feminista”. Incluso se distanció de él en ocasiones, criticando ciertos movimientos contemporáneos. Y, sin embargo, a través de su independencia, su negativa a someterse a los dictados patriarcales, su carrera libremente desarrollada y su capacidad para afirmarse en un mundo dominado por los hombres, encarnó, a su manera, una forma de feminismo instintivo. Abrió un espacio de libertad para las mujeres, mientras soportaba, sin darse cuenta, el peso de una imagen moldeada por la mirada masculina.
Una mujer en crisis
En 1973, a los 39 años, abandonó definitivamente la industria cinematográfica para dedicarse a la defensa de los derechos de los animales. Creó la Fundación Brigitte Bardot , una de las más influyentes de Europa en este ámbito. Si bien su compromiso fue elogiado, sus declaraciones públicas también suscitaron críticas.
Un cuerpo en el foco mediático
Objeto de fascinación, Brigitte Bardot, conocida como “BB”, a menudo se ha visto reducida a su apariencia. Sin embargo, tras este icono se escondía una mujer en lucha consigo misma, que habló en repetidas ocasiones de sus vulnerabilidades, su sufrimiento y su necesidad de aislarse.
¡Viva Brigitte Bardot!
La trama arranca en 1891 y prosigue brevemente en 1897 y 1901: la niña María, nacida en Irlanda de madre francesa, ayuda a su padre a colocar dinamita para una serie de atentados en contra del gobierno británico, ya sea en Londres o Gibraltar. En 1907, trastocada ya en una bella joven (Bardot) que se hace pasar por un jovencito, llega con su padre a América Central, y ahí hace explotar un puente con todo y su progenitor, muerto en la acción por el ejército inglés. Escapa en un tren y conoce en la caravana del Gran Rodolfo (Brook) a la otra María (Moreau): ambas mujeres enloquecen a campesinos y a burgueses con su acto musical de can-can donde realizan un tímido acto de striptease.
La María irlandesa se enamora de un guapo líder revolucionario (Hamilton) y, sin proponérselo, ambas se ven implicadas en una revuelta campesina contra la opresión en plena época revolucionaria, y de manera anacrónica aparece la Santa Inquisición. La película es simpática, curiosa y en exceso folclorista; una suerte de western-musical y comedia de ambiente revolucionario tan sólo para lucimiento de las dos estrellas, quienes terminan cantando en español arropadas con bellos trajes de tehuanas y colaborando con la causa de los rebeldes oprimidos.
Para evitar los problemas de censura que con frecuencia se daban en los rodajes mexicanos por aquellos años, la trama se ambientaba en el país imaginario de San Miguel que a todas luces se trataba de México con sus pintorescos paisajes, ropa y comida típica. La mayoría de los mexicanos, una vez más, eran vistos como personajes atrabancados, escandalosos, simpáticos y/o sumisos y sobre todo, nobles en el fondo, fascinados con las ocurrencias y extravagancias de las bellas rubias llamadas ambas María.
¡Viva María! (1965) se filmó de manera íntegra en México, en Guanajuato y Tepoztlán y Cuernavaca, Morelos, aunque se aprecian algunos parajes de Cuautla, Oaxtepec, Cocoyoc y Tlayacapan, con las dos máximas estrellas del cine francés: Jeanne Moreau y Brigitte Bardot, acompañadas del estadunidense George Hamilton y los actores mexicanos: Claudio Brook, Carlos López Moctezuma, Adriana Roel, Armando Acosta, José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”, Carlos Riquelme, Ramón Bugarini, entre otros; así como los españoles afincados en México: José Baviera y Francisco Reiguera, y Fernando Wagner. La cinta fue producida por Oscar Dancigers y coescrita por Jean-Claude Carriere, ligados a la obra de Buñuel y la fotografía, música y vestuario, a cargo de los prestigiosos: Henri Decae, Georges Delerue y Pierre Cardin, respectivamente. Los asistentes de realización de Louis Malle fueron: Volker Schlöndorff, Juan Luis Buñuel y Manuel Muñoz.
El rodaje en Guanajuato causó revuelo entre sus habitantes. La cinta proyecto a la ciudad en el plano internacional y es un referente para el estudio de la historia de Guanajuato como espacio para el cine.