Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Este fin de semana, tres personas perdieron la vida tras ser asesinadas por elementos del Ejército y la Guardia Nacional en medio de una persecución en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Las víctimas son una niña de 8 años, un joven de 18 años y una enfermera de 46 años, todos ajenos a los hechos que provocaron el enfrentamiento.
Hasta el momento, las autoridades locales, la Fiscalía de Tamaulipas y la Comisión de Derechos Humanos del estado no han emitido una versión oficial de lo ocurrido. La información ha sido proporcionada por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, con base en los relatos de familiares de las víctimas.
Los hechos: la muerte de Lidia Iris Fuentes Galván, de 8 años
El sábado 12 de octubre, a las 19:00 horas, Lidia Galván Reséndez se trasladaba junto a su nieta Lidia Iris Fuentes Galván a una papelería cuando quedaron atrapadas en una persecución entre la Guardia Nacional y presuntos delincuentes. De acuerdo con el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, su auto quedó prensado entre dos camionetas y los elementos de la Guardia Nacional abrieron fuego, hiriendo a la menor en la cabeza mientras intentaba protegerse en el asiento delantero. A pesar de ser trasladada de urgencia a un hospital, la niña falleció.
Diego Alfredo, de 18 años
En el mismo incidente, Diego Alfredo, un joven de 18 años, fue encontrado en una camioneta que los militares y la Guardia Nacional perseguían. El joven presentaba signos de tortura y no portaba armas. Se presume que se encontraba en calidad de secuestrado.
Yuricie Rivera Elizalde, enfermera de 46 años
La noche anterior, el 11 de octubre, Yuricie Rivera Elizalde, una enfermera de 46 años, fue asesinada mientras viajaba con su esposo y su hijo en el Fraccionamiento La Fe. Los militares, que perseguían a civiles armados, abrieron fuego sin considerar que había familias en la zona. Un disparo impactó en la cabeza de Yuricie, quien falleció instantáneamente. Su esposo, Carrillo Martínez, denunció que tras el ataque, intentó pedir ayuda a los soldados, pero estos ignoraron su solicitud y abandonaron el lugar.
Yuricie trabajaba en el IMSS y era madre de dos hijos. Aquella noche se dirigía con su familia a una cena cuando fue alcanzada por las balas.
Hasta ahora, el gobierno de Tamaulipas guarda silencio ante los hechos.