México, DF .- El Gobierno de México busca acabar de una vez por todas con la enraizada falta de competencia y la baja penetración en su mercado de telecomunicaciones, feudo de magnates como Carlos Slim y Emilio Azcárraga, con una recién aprobada reforma al sector, dijo el viernes el subsecretario de Comunicaciones.
A finales de abril, el Congreso mexicano le dio su visto bueno a una extensa reforma constitucional que persigue una mayor penetración de servicios como telefonía e internet, más competencia y menores precios en un país visto como rezagado frente a vecinos y competidores regionales.
“México presenta en los comparativos internacionales una de las anomalías más profundas que se puedan identificar en cualquier país” en el sector, dijo a Reuters José Ignacio Peralta, en el marco del Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina.
Elevada concentración en manos de pocas firmas convive con escasa penetración e inversiones, creando según el funcionario una anomalía “extrema” en un sector que es considerado clave para el desarrollo.
La segunda economía regional es la cuna de América Móvil , de Slim, la mayor operadora de telefonía celular de Latinoamérica, que tiene un 70 por ciento del mercado móvil local.
También es hogar de Televisa, de Azcárraga, la líder mundial en contenidos televisivos en español y cabeza del mercado local de TV abierta y de paga.
Pero al cierre del año pasado había en México unas 86 líneas celulares por cada 100 habitantes contra las 133 conexiones de Brasil, su mayor rival regional a la hora de atraer inversiones.
Y México es el penúltimo, delante de Turquía, entre los 34 socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en conexiones fijas de internet de banda ancha.
RECONSTRUIR “PIEDRA POR PIEDRA” AL SECTOR
Los grandes jugadores suelen ser acusados de usar su poder en el mercado para impedir el crecimiento de competidores. La reforma incluyó la posibilidad de que las firmas preponderantes sean forzadas a desprenderse de activos como último recurso.
Peralta, uno de los arquitectos de la reforma, dijo que el proyecto busca ser un parteaguas.
“Si el sector de las telecomunicaciones fuera un edificio, este edificio va a ser absolutamente demolido y tenemos que reconstruirlo piedra por piedra”, sostuvo.
“Los comportamientos que hemos observado en el pasado tendrán que ser radicalmente modificados”, afirmó.
Sin embargo, algunos analistas dudan de que la reforma pueda tener los efectos deseados de inmediato.
“Pese a la aprobación de la reforma, esperamos que el mercado de las telecomunicaciones mexicano seguirá siendo dominado por unos pocos jugadores en el futuro previsible”, dijo esta semana Nymia Almeida, la analista senior de telecomunicaciones de Latinoamérica de Moody’s, en un reporte.