Abasolo, Guanajuato. Los árboles gigantes de Abasolo, son parte de uno de los grandes atractivos de la ciudad donde fue bautizado el llamado Padre de la Patria Miguel Hidalgo. Aunque estos especímenes podrían ser sumamente cuidados en otras partes del mundo, aquí prácticamente están en el abandono.
El llamado “Ojo de Agua” es un pedazo de historia en pleno centro de la ciudad de Abasolo, donde se pueden observar algunos vestigios del pasado, unidos con la naturaleza. En la ex hacienda se festeja año con año, a la virgen de Guadalupe.
Los árboles que se encuentran dentro de la ex hacienda son de sabino y laurel de la India; tienen una altura de hasta 30 metros y varios metros de ancho, aparte de estos ejemplares existe una gran variedad de vegetación como mango, guayabos; animales pequeños como: zorrillo, tlacuache, tejón, conejo, armadillo, entre otros.
Desde la parte baja de Abasolo e incluso desde la carretera federal es fácil observar un grupo de árboles situados en las faldas del cerro del Brinco del Diablo, donde se ubica este tipo de vegetación que se integra a un manantial natural que de ser algún día tapado, podría acabar con la vegetación, debido a que estos árboles requieren grandes cantidades de agua para subsistir.
Sabías que… La fachada principal de Ojo de Agua, cuenta con una arquitectura clásica con terminados en piedra pulida, acomodada de tal manera que pareciera una fortaleza; en el jardín principal hay una pequeña plazoleta, donde la familia que habitaba y que al parecer era de procedencia española, realizaba sus fiestas en dicho espacio, de tal manera que todavía hay ocasiones en que los abasolenses, no pierden la oportunidad de tener reuniones a la sombra de los enormes sabinos.
La casa tenía dos albercas que se entrelazan por medio de una pequeña pared, donde al parecer el funcionamiento que tenían los estanques, servía como jacuzzi o lugar de reposo, de tal manera que eran abastecidas con agua caliente, de algunos manantiales de la zona.