Guanajuato

La música, antídoto contra el racismo y la intolerancia

Guanajuato, Gto.- La presentación de la Orquesta Sinfónica de Stanford (Stanford Symphony Orchestra) junto con algunos miembros de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Departamento de Música de la Universidad de Guanajuato (UG) fue la fusión perfecta para demostrar que con las expresiones artísticas se puede resarcir una sociedad marcada por el racismo y la intolerancia.

La música – el más sublime de los lenguajes- fue el detonante para que estudiantes de México y Estados Unidos se unieran y con sus instrumentos dieran vida a obras hechas para generar reflexión y pensamiento crítico, tal es el caso de la pieza “Xenophobe: In Memory of Democracy” escrita por el compositor Applebaum. En la ejecución de dicha obra se hizo referencia a las declaraciones del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en contra de México y otros países fomentando la xenofobia, y se hizo énfasis a que la diplomacia, cultura, así como la coalición de los ciudadanos, pueden construir y fortalecer una sociedad más justa e incluyente.

El concierto se llevó a cabo en el Templo Oratorio San Felipe Neri, mejor conocido como “La Compañía”. Desde el inicio hasta el fin del evento, el recinto estuvo repleto de gente de todas las edades, los asientos se ocuparon y al ser un espacio amplio, mucha gente estuvo de pie escuchando la música generada por la peculiar acústica con la que cuentan las viejas iglesias.

Además del pronunciamiento político hecho a partir de la música, el concierto -que estuvo bajo la batuta de la Directora Anna Wittstruck- fue versátil, pues interpretaron un repertorio de diversos contextos y con diferentes obras que pasaban de originar emociones nostálgicas hasta pronunciadas alegrías.

“Xenophobe: In Memory of Democracy” fue un estreno en Latinoamérica al igual que Symphony no.4 del compositor Giancarlo Aquilanti, profesor de la Universidad de Stanford, quien estuvo como profesor invitado en la Universidad de Guanajuato para trabajar en la ópera “Ángela, Dante y Umbría”, que se estrenó en septiembre de 2015.

Después, los jóvenes tocaron el movimiento “Allegretto” de la Sinfonía no. 7 de Beethoven, otorgando a los asistentes la calma y un ritmo lento pero alegre que movió la cabeza y los pies de algunas personas que se dejaron llevar por las bondades de la música.

Continuando con la tonalidad de fiesta, el concierto finalizó con la interpretación del famoso Danzón no.2 del compositor mexicano Arturo Márquez, obra que marca un renacimiento de la música popular latinoamericana.

El público despidió a los músicos con una ovación en la que quedó claro que la música es una poderosa y verdadera herramienta de unión ante las manifestaciones de rechazo y racismo que vive actualmente la sociedad, fomentando así la unión entre la maravillosa diversidad de las culturas que integran al mundo.

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