Manuel Doblado, Guanajuato.- Detrás del negocio de venta de tacos que ha deleitado a los habitantes de Manuel Doblado durante más de dos décadas se encuentra una historia de esfuerzo, dedicación y amor familiar. Alondra Cano, hija de Santiago Cano López, conocido cariñosamente como “Chaguin”, compartió su historia de la familia Cano.
La historia de los Cano en el negocio de los tacos comenzó con un vínculo familiar profundo con el mundo de la carne. La madre de Alondra proviene de una familia de carniceros, y este legado se convirtió en el empujón que necesitaban para emprender este gran negocio para ellos.
Fue entonces cuando decidieron aventurarse en el mundo de la comida al darse cuenta de que tenían la experiencia y el conocimiento necesario para ofrecer algo delicioso y auténtico.
“Empezamos a vender tacos porque teníamos esa conexión con la carne gracias a mi mamá, ya que proviene de familia de carniceros”, explica Alondra. Desde sus inicios, la familia Cano ha mantenido una presencia constante en la ciudad, inicialmente en las cercanías de la Plaza de la Victoria y, en la actualidad, casi a un costado del mercado Benito Juárez.
Con aproximadamente 23 años en el negocio, su compromiso y dedicación se han convertido en un sello distintivo de su cocina.
La historia detrás de este negocio va más allá de los ingredientes y las recetas. Para Alondra y su familia, el negocio de tacos ha sido una fuente de oportunidades y logros significativos. Gracias a las ganancias generadas, sus padres pudieron brindarles una educación universitaria a ella y a su hermana, para Alondra le brindo la oportunidad de estudiar Comercio Internacional.
Además, el negocio ha proporcionado los medios necesarios para mantener su hogar y cubrir los gastos médicos de su madre, quien lucha contra una enfermedad degenerativa.
La opción de seguir con la tradición familiar y tomar las riendas del negocio en el futuro está en la mente de Alondra. Ya que ella reconoce el esfuerzo y el sacrificio que sus padres han invertido en el negocio y cómo ha impactado positivamente sus vidas. “Es un buen negocio”, afirma Alondra, “porque sabemos lo que implica. Hemos invertido no solo tiempo y trabajo, sino también lágrimas y dedicación”.
A pesar de las dificultades que enfrentan debido a la enfermedad degenerativa de su madre, la familia Cano continúa operando su negocio con determinación. Trabajan todos los días, descansando únicamente los viernes. Alondra mencionó que se siente profundamente orgullosa de sus padres y su capacidad para superar obstáculos, demostrando que el negocio de los tacos es más que una fuente de ingresos: es una expresión de amor, unidad y perseverancia familiar.