
Irapuato, Guanajuato.- La tarde del 18 de agosto del año 1973 la pared de la presa El Conejo cedió y el agua corrió con fuerza a la ciudad, siendo una de las catástrofes más representativas de Irapuato.
Aún y cuando han pasado ya 52 años de aquel momento, Irapuato muestra ese recuerdo a través de la historia que existe en gran parte de sus espacios, pues hasta una colonia tomó el nombre como fecha representativa de aquel día: colonia 18 de Agosto.
A la 1 de la tarde del 18 de agosto de 1973 ocurrió lo inesperado, pues la cortina de la presa El Conejo se desbordó y borró Irapuato en sus principales calles, al grado de que casas quedaron derribadas, vehículos fueron arrastrados por la corriente y personas perdieran la vida ahogadas.
A la fecha no ha ocurrido una desgracia similar como la de ese año, aunque en Irapuato es visible que la mayoría de las veces que llueve sus calles se inundan y recuerdan episodios en los que algunas personas dicen “Irapuato se inunda con cualquier lluvia”.
La colonia 18 de Agosto de Irapuato nació como consecuencia directa de la trágica inundación. Ante la pérdida total de hogares, muchas familias damnificadas fueron reasentadas en terrenos ubicados entonces en la periferia, donde poco a poco levantaron sus nuevas viviendas. El nombre de la colonia quedó como símbolo y recuerdo de aquel día que marcó para siempre la historia del municipio.
La recuperación de la zona no fue sencilla; vecinos relatan que incluso pasaron hasta cinco años para restablecer condiciones mínimas de vivienda y servicios. Vivir en la colonia implicaba no solo empezar de nuevo, sino hacerlo bajo el temor de que otra lluvia intensa volviera a devastar la ciudad. Con el paso de los años, este barrio se consolidó y hoy permanece como un testimonio vivo de la resiliencia y unidad de los irapuatenses frente a una de las catástrofes más dolorosas de su historia.