La Calzada de los Chinacos: Sus historias y leyendas… Irapuato y La Cristiada

Cristera 84 Irapuato 1929 Cristeros fusilados Cuartel de calle Alvaro Obregón

Irapuato, Guanjuato.- La Calzada de los Chinacos es actualmente un eje vial que une dos importantes avenidas, la Ave. De La Reforma y el Blvd. Lázaro Cárdenas, una avenida singular desde su nombre; Los Chinacos…

Una de las Avenidas de más trascendencia histórica de nuestro Irapuato, llena de historias y de leyendas y mudo testigo de hechos que por muchos años permanecieron como parte de las leyendas urbanas de Irapuato.

En 1926, estallo la Guerra Cristera en el país y abarco hasta 1929…Irapuato no se vio exento de estos eventos y muchos de los hombres creyentes se involucraron con las guerrillas cristeras de la región…Los cultos religiosos se hicieron clandestinos y con ello las personas arriesgaban sus vidas a altas horas de la noche para asistir a misas por su fe y sus creencias. Lo mismo bautizos que bodas o funerales se trataban de manera clandestina, en casas, ríos, manantiales de manera casi secreta, eran una constante en estos relatos.

Los Cristeros decían luchar porque el gobierno les impedía asistir a misa y celebrar sus cultos. Plutarco Elías Calles y su gobierno entro en conflicto con milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resistieron la aplicación y legislación de política públicas orientadas a restringir la autonomía de la iglesia católica, la relación entre el gobierno y la Iglesia católica estuvo llena de conflictos, ya que aplicó de manera estricta las leyes en materia religiosa en las que limitaba el número de sacerdotes por el número de habitantes y los restringía a recibir los cultos y fiestas sólo dentro de las Iglesias.

Estas acciones que pronto se agudizaron y dieron pie a la llamada Guerra Cristera. El 29 de Julio de 1926, se recibe la notificación de la suspensión de cultos en el Estado de Guanajuato, ordenándose además el inventario de los objetos de culto y que se organizara una junta de vecinos encargados de cerrar los templos, lo que ocasiono una inconformidad de la población y el clandestinaje de los oficios religiosos.

Durante la época Cristera Irapuato relativamente sufrió poco, ya que se verifico solamente un levantamiento armado dentro de la ciudad, el cual fue liderado el 8 de mayo de 1927 por el Sr. Don. Zenón Ayala, uno de los primeros “Cristeros”, vecino del barrio de Sta. Anita, que se levantó en armas en contra el Gobierno, aprehendido tres días después es fusilado públicamente en los atrios de la antigua Iglesia Parroquial (Hoy Catedral).

Irapuato fue muy importante durante el conflicto cristero, aquí se asentó la 29a. Jefatura de operaciones militares del Estado de Gto.- donde se recibían reporte de brotes rebeldes y adonde se llevaban a los acusados rebeldes. El General José Amarillas tenía a cargo uno de los 4 cuarteles de la zona centro-occidente, y era apodado “El Yaqui”, famoso por su violencia y crueldad, todo sospechoso de rebelde era fusilado sin comprobar, se menciona qué este Gral. Ejecutó a cientos de campesinos del municipio y tuvo duros enfrentamientos con cristeros, De igual manera el destacamento aéreo que estaba en la ciudad desde su apertura en 1924 debido a la rebelión De la Huertista , siguió combatiendo a las guerrillas cristeras en las cercanías de la ciudad, lo que provoco un clima de relativa calma en la población, pues Irapuato era el punto de partida de las tropas federales para combatir a los rebeldes, abastecimientos, hospital y punto neural por su ubicación geográfica y de la vías del ferrocarril.

De las historias y leyendas…Todo lo que se narra pasó en Irapuato.
En 1929. Ya muerto el General Obregón, presidente electo de México, y estando en su lugar el Gral. Emilio Portes Gil, Se dio la orden de acabar con el conflicto a cualquier costo, Joaquín Amaro que tenía a su cargo la encomienda de acabar como General en jefe de la insurrección cristera, inicio una campaña, para acabar a toda costa con la rebelión.

Así llego a Irapuato a inicios de junio de 1929, sigilosamente y acompañado de las fuerzas locales del General Amarillas, el objetivo atrapar a la guerrilla que operaba en las cercanías de Irapuato y que atacaba por las zonas de Cuerámaro, Huanímaro y Pueblo Nuevo. Llegando a las cercanías de Pueblo Nuevo, en los límites con Irapuato en el Cerro de Panales, fue hecho prisionero y martirizado junto a su diacono, el Pbro. Ángel Martínez Razo, en ese sitio se erigió una capilla, “Los Padres Mártires”, y los restos de estos sacerdotes, pasaron a la cripta de mártires de Cristo Rey y a últimas fechas a poder de la Diócesis de Irapuato. Después de Pueblo Nuevo y ya atardeciendo las columnas militares, tomaron rumbo a la Ciudad de Irapuato con el fin de atrapar al grupo guerrillero que se conformaba de gente irapuatense y de lugares circunvecinos.

Llegaron de noche al centro de Irapuato, el rumor de que una partida de cristeros estaba en una misa especial era el motivo. Otros afirman que Amarillas tenía unos espías infiltrados entre el grupo guerrillero, Se acercaron a la entonces Parroquia del Centro (Hoy Catedral) y esperaron la señal, De dentro del templo alguien dejo caer unas monedas al piso, esa era la señal que esperaban, los destacamentos de Amaro y Amarillas irrumpieron y apresaron al grupo de cristeros, ahí iniciaron los hechos que hoy ocupan nuestra historia.

Testimonio de la Sra. Angélica González Torralba
Sobrina nieta de Demetrio Villafaña Gutiérrez
Cristero apresado en junio de 1929

Demetrio Villafaña Gutiérrez, de entonces 16 años, se unió a la guerrilla cristera en 1927 y hasta 1929 combatió con las fuerzas cristeras, contaba su Sra. Madre Anastasia Gutiérrez que al asistir a un oficio religioso en la Parroquia del centro, fueron hechos prisioneros por fuerzas federales y torturados y llevados primeramente al cuartel que estaba en la calle Jesús Carranza (Álvaro Obregón) y posteriormente a la zona de las animas (Actual Región Militar), donde algunos de ellos fueron fusilados y a otros más los pasearon a modo de escarmiento por las calles de la población de Irapuato y llevados a lo que se conocería como la actual Calzada de los Chinacos, donde fueron ahorcados de las ramas de los árboles y exhibidos públicamente hasta el día siguiente. Los cuerpos entonces fueron decapitados y Amarillas dio la terrible orden; No entregar los cuerpos a los familiares, que entonces llevaban ya días de seguir y buscar a sus familiares, nadie tuvo la fortuna de saber jamás de ellos. Doña Anastasia Gutiérrez y Don Erasmo Villafaña, padres del joven Demetrio empezaron entonces una búsqueda de décadas que culminaría en 1988 con la muerte de la Sra. Anastasia que dedico toda su vida a buscar el cuerpo de su hijo, Don Erasmo ya había fallecido unos pocos meses antes…

Testimonio de Maximina Rosales Meléndez
Hija de Santiago Rosales Landeros
Cristero apresado en junio de 1929

La historia de Don Santiago Rosales, en un inicio no fue tan distinta de la del joven Demetrio, con la salvedad que él era ya un hombre hecho de oficio carpintero, casado y con 2 hijas, Maximina y Guadalupe. Apresado y torturado fue llevado con el grillete en el cuello de la comandancia militar de la hoy calle Álvaro Obregón a correr la misma suerte de los demás cristeros en la actual Calzada de los Chinacos, al ver la cuerda de presos la esposa de Don Santiago, Doña María Meléndez, cargaba a las niñas de su matrimonio de 6 y 4 años en brazos y suplicando al paso de los militares, que soltasen a su esposo, finalmente al llegar a la arboleda donde serían colgados, la mayor de las niñas Maximina, corrió al lugar donde su padre estaba de rodillas y ensangrentado por los golpes de las torturas, el oficial al mando ordeno la separaran de él, y así ocurrió, sólo que la niña se prendió de la pierna del militar que había dado la orden de separarla de su padre, este trato de quitarla sacudiendo la extremidad, pero la niña seguía prendada a la pierna, otro militar, saco la pistola e hizo el ademán que iba a disparar y sonó la fuerte voz del militar, “Detente” y dio una orden que no se repitió de nuevo, “Suelten a este”, y se dirigió a Don Santiago Rosales y la voz del oficial volvió a tronar “Dale gracias a tú mocosa, te salvo la vida, llévatela y no los quiero ver jamás”, años después en 1934 volvieron a ver a ese oficial, era el General Joaquín Amaro y estaba en el gabinete del entonces presidente electo Lázaro Cárdenas, el oficial que amenazo a la niña Maximina era el Gral. Amarillas…

Otros testimonios hablan de otros cristeros que escaparon vestidos de mujeres, y en las partes inferiores de los vagones de los trenes. Lo cierto es que los hechos de esta guerra así como los testimonios han pasado de generación a generación de forma oral y no escrita,

Ultimas Repercusiones en Irapuato
Después del Conflicto Cristero
Finalmente el 21 de junio de 1929 se dio por finalizada al menos para el gobierno y la iglesia el conflicto, que ya abarcaba 3 años, sin embargo para muchos de los combatientes de uno y otro bando los arreglos carecieron de valor y se lanzaron a luchas más personales que de causa. En este contexto Irapuato se sacudió con dos eventos en meses y años posteriores a la terminación oficial de La

Guerra Cristera.
Primeramente en 1929 poco después de la amnistía declarada, Juan Carpió Ornelas en compañía de otros personajes, dinamitaron el tren donde el Presidente Portes Gil se trasladaba a la Cd. De México a la altura de Empalme de Escobedo, cerca de Celaya Guanajuato, Carpio Ornelas fue hecho prisionero en Irapuato y llevado después de días y días de tortura a las Islas Marías.
El más doloroso de los episodios posteriores a la Guerra Cristera, ocurrió en la entonces Parroquia del Centro de Irapuato cuando en 1933, fue el asesinato del Señor Cura Martín Lawers durante la celebración de la santa misa, de seis de la mañana el domingo 19 de febrero de 1933 en la Parroquia del Centro, se dijo y se afirmó siempre que fue por un demente, muchos otros afirmaban que fue por una vieja rencilla en su contra, desde la época de la guerra cristera.

La Calzada de los Chinacos
Muchos intentos hubieron de nombrar esa arboleda con el nombre de los hechos ahí sucedidos, Calzada de los Mártires, Calzada de los Cristeros, pero no era una calle como tal, era una arboleda que delimitaba el predio de Las Palomas y el brazo del Río Silao, hasta prácticamente mediados de la década de 1970. Por el tiempo la anécdota fue sólo pasando de boca en boca de los familiares, no se escribió un libro o una nota en algún periódico, sólo los relatos de las familias de ejecutados y sobrevivientes.

Sin embargo otras notas empezaban a ocupar las historias de la gente de Irapuato, al iniciar la circulación vehicular por esta arteria ya urbanizada, mucha gente a la fecha afirma haber sido testigo de fenómenos inexplicables en la ahora Calzada de los Chinacos, inexplicables apagones del alumbrado público y de los vehículos de motor que por ahí circulan, otros más afirman ver siluetas de personas colgando entre los árboles, Todo esto dicho y contado por personas de todos los niveles culturales que pueda haber y otros que callan lo que han presenciado, lo cierto es que La Calzada de los Chinacos es parte de uno de los episodios más importantes de la historia de Irapuato y no debe de ser olvidado.

Lo aquí escrito no trata de hacer una apología en ataque o defensa de los grupos en conflicto, no se busca la razón de cristeros o gobierno, simplemente transmitir la historia de un pasado que ya se fue y que hoy recordamos en:
Irapuato De Mis Recuerdos

Investigación y Recopilación: Jesús Arévalo Rosales

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