Irapuato, Guanajuato.- En la zona centro ubicada en la Plaza Madero, frente a la tienda departamental “SEARS” se encuentra la fuente florentina o la fuente de los delfines.
Esta fuente tiene una extraordinaria historia que los Irapuatenses de las nuevas generaciones desconocen y como otros íconos de la Ciudad es más admirada por visitantes quienes se interesan en conocer su procedencia.
En el año de 1864, poco después de haber accedido al poder en México como emperador el Archiduque Maximiliano de Habsburgo donó a Guanajuato tres fuentes de bronce, presumiblemente una para la ciudad de Guanajuato, la segunda para Irapuato y la tercera para la ciudad de León.
De las tres, la primera se encuentra en el muy conocido recodo llamado Plaza del Baratillo en Guanajuato capital, la tercera se perdió en el tiempo, sin conocerse su destino en el espacio.
La segunda, conocida igualmente como Fuente Florentina por haberse fundido en esa ciudad europea, se colocó inicialmente en el centro de lo que fue la Plaza de la Tanda, desaparecida ya, pero que coincidía aproximadamente con la ubicación, forma y tamaño de la actual Plaza Miguel Hidalgo. Allí permaneció luego de que se construyó alrededor suyo el Mercado Joaquín González Obregón (luego denominado Aquiles Serdán), demolido a principios de este siglo.
Ahí permaneció hasta que en el año 1964 fue derribado dicho mercado, construido por el arquitecto Ernesto Brunel, para dar paso a la Plaza Miguel Hidalgo. Su nuevo lugar fue, y sigue siendo, el centro de la antigua Plaza de las Celebraciones, la que fue principal de Irapuato, y posteriormente llamada Plaza Madero
La Fuente Florentina o de Los Delfines, en la actualidad sigue luciendo en todo su esplendor por las noches con luces de tonalidades de colores y sus chorros de agua que realzan la belleza de nuestro Centro Histórico.