Sé qué, aunque no pueden leer esto, mi amor y estas palabras llegaran hasta donde estén; Abuelos: Fueron la luz que iluminaban nuestras vidas, le dieron calor a nuestras almas y sus palabras eran bálsamo para nuestros corazones.
Recuerdo ese sello personal que distinguía y caracterizaba a cada uno, Alfonso Zetina, el cantante, actor, declamador y artista, Ruth Águila, la actriz, cantante y estrella de los teatros, Luz María Cruces, mi Lucita, la gran maestra de la escuela primaria Aguiluchos de Chapultepec, legado de enseñanza y valores que inculco a cientos de irapuatenses de generación tras generación.
Gracias por las aventuras, las reuniones de los domingos, la unión familiar que forjaron, los besos y los abrazos y los cálidos “te quiero”.
Hoy, ya hace un tiempo que partieron de nuestro lado, todos en diferentes tiempos y abrieron sus alas y despegaron para reunirse al lado de Dios.
En nombre de los nietos Rangel y los Zetina, los extrañamos inmensamente, a cada uno, cada historia, cada beso y abrazo, cada “te amo”.
En este día del abuelo, queremos felicitarlos y agradecer todo lo que hicieron por sus hijos, nietos y bisnietos, hoy el cielo está de fiesta ya que mi abuela Ruth cumpliría años este día.
Por último, quiero que sepan, que nuestros corazones no están vacíos, porque están llenos de todo el amor que nos dejaron aquí en la tierra, ustedes eran puro amor, con un corazón tan inmenso que no les cabía en el pecho.
Gracias por las anécdotas que siempre tenían un aprendizaje, la sabiduría, nos quedan los mejores recuerdos de ustedes.
Sé que esta redacción no recibirá respuesta, pero quiero que sepan que siempre fueron mi ancla.
Con amor, Rubí.