Irapuato, Guanajuato.
Ulises Robles, un joven de 27 años y originario de la comunidad Santa María Magdalena, Querétaro, es uno de los tantos peregrinos que por su a la fe en la Virgen de San Juan de los Lagos da gracias por los “milagros” que les ha concedido.
“Esta experiencia es única porque en lo poquito que llevo de vida es lo que más me ha gustado”, expresa.
Por su paso en Irapuato, Ulises cuenta que tiene una manda que agradecerle a la Virgen “mi mamá tuvo un accidente, se quemó su brazo, ya se curó ya está bien y por eso voy a pagar la manda”.
Es su segundo año consecutivo que hace esta peregrinación, son varios días que Ulises ha tenido que caminar para llegar desde Querétaro a San Juan de los Lagos.
“Para mi significa darle un paso a la fe que tengo”, dice Ulises.
Acompañado de su tío y su hermano, Ulises cuenta que frío casi no ha pasado durante su recorrido gracias a los campamentos que cargan y consigo sus cobijas, asimismo en cuanto a la comida tampoco porque la gente los ha apoyado, “más que nada es el cansancio de caminar”.