Irapuato

“Emigre para buscar lo mejor para mis hijos”; Susana Salazar

Una hondureña de 25 años edad, llego a tierras freseras en el tren con sus dos hijos y su esposo esperando continuar su paso hasta llegar a su destino para una vida mejor

Irapuato, Guanajuato.- Susana Salazar de 25 años, es una inmigrante originaria de Honduras que emigro en la “bestia” y se encuentra en tierras freseras, juntando un poco de dinero para llegar a su destino y contó un poco de su historia.

“Este viaje ha sido difícil, a veces nos toca el tren y otras veces debemos de caminar, vengo con mi dos hijos y mi esposo”, señaló.

La hondureña busca llegar a San Diego, para mejorar sus condiciones de vida para ella y sus hijos, ya que salió de su país, por toda la violencia que se vive y ver día a día como grupos criminales se llevan a los niños para reclutarlos y ella no quiere eso para sus hijos.

“No le dije nada a mi familia, nos salimos y 3 días después se dieron cuenta que ya no estábamos en la casa, les marqué cuando estaba en Ciudad Palenque para que mi madre no se preocupara y mis hermanos supieran que estábamos bien”, dijo.

Susana mencionó que le dio miedo subirse al vagón, pero en todo momento confió en Dios, esperando llegar con bien a cada punto que tienen que atravesar para llegar a su destino.

La inmigrante externó que el llegar a Irapuato ha sido de mucha bendición por toda la ayuda que han recibido, pero también ha sido un poco difícil pues en su camino se ha encontrado gente mala.

“En una ocasión, pidiendo dinero aquí en el puente, en el tope de ‘la coca’ como le dicen ustedes, un señor paso y me enseño su miembro y me dijo acércate para darte dinero y le dije que no, que eso era una puercada, que, si tenía nietas, hijas y sobrinas, que no le gustaría que les hicieran eso y solo agacho su cabeza y se fue”, explicó.

Susana señaló que aquí se quedarían un tiempo, porque necesitaban descansar, pues cuando viajan en tren no pueden dormir para estar al pendiente de todo, tienen que estar muy alertas, sobre todo por sus hijos, pero espera que al continuar con esta travesía se encuentre gente buena como aquí en Irapuato.

La inmigrante finalizó con un emotivo mensaje, “Yo agradezco a la gente que gasta su dinero, a los hermanos que vienen todos los días a darnos un poco de cada uno, para alimentarnos o vestirnos y bendigo al que nos apoya y al que no también, que Dios bendiga a todos”, concluyó.

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