La alcaldesa de Huanímaro, Laura Villalpando, tiene en sus manos una gran encomienda como la representante de los huanimarenses, porque o le da continuidad a su partido y trabajo de gobierno o bien va a ser señalada como sus antecesores por el pésimo trabajo que algunos han realizado.
Al menos en los últimos 20 años no ha llegado una sola empresa a la localidad y en cambio se han construido elefantes blancos como el mercado municipal y un gimnasio.
Otro de los grandes pendientes son las casas y terrenos que donó una mujer al municipio para ser usados en beneficio de la educación y que llevan años que supuestamente el área jurídica, incluyendo al síndico que no han hecho nada.
Huanímaro es de los municipios que tiene gran cantidad de migrantes y analfabetas, por la falta de oportunidades laborales e instituciones educativas.
Laura Villalpando ya mostró al menos hasta este momento que quiere aprovechar las bondades que hay en Huanímaro en el tema de turismo, pero si realmente busca crecer, deberá de rodearse de expertos en economía, desarrollo y otras áreas y no de políticos que por creer que son de ahí saben cuál es la fórmula, porque si de fórmulas se tratarán han fallado en las últimas décadas.