Irapuato, Guanajuato.- Paulino Ramos de 77 años de edad es un irapuatense que ha luchado día con día para salir adelante y tiene más de 2 años vendiendo morelianas en el semáforo del bulevar San Roque, con una sonrisa en su rostro saluda a los cientos de irapuatenses que pasan a diario por la zona.
Don Paulino trabajó como empacador de una tienda comercial pero lo primero que dio un giro de 180 grados fue que se dejaron de utilizar las bolsas de plástico, posteriormente llegó la pandemia y eso fue lo que culmino el ciclo de 360 grados cuando por su edad y pertenecer a la población de alto riesgo lo descansaron de su empleo.
“Yo empaquetaba en un “Bara” y lo primero que paso fue que nos quitaron las bolsas y ya no nos daban material para empaquetar y decidí comprarme mis bolsas para seguir trabajando después llegó la pandemia y ahora tengo 1 año 7 meses sin trabajo”; dijo.
El irapuatense se encuentra un poco delicado de salud, mencionó que tiene algunos malestares que lo aquejan como el “bajo” funcionamiento de su páncreas, hígado y riñón.
El señor Paulino tiene una hermosa familia, sus hijos ya tienen su vida realizada y la trata de ayudarse un poco para llevar comida a su casa.
Todos los días él llega al crucero del bulevar San Roque desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde; “La gente de irapuato es muy buena, me bendicen mucho, les agradezco sus sonrisas, sus apoyos y que me compren mi mercancía”, externó.
Para Paulino el poder salir a vender su mercancía y arriesgar su vida entre los carros es una necesidad que lo lleva al límite, pero cuando llega a casa con comida y sustento para su esposa es su mejor satisfacción.