Texto y fotos: Juan José López Luna.
La tarde del 4 de Febrero 2023 será histórica en la vida del diestro Diego Silveti, en la tauromaquia mexicana y en la mente del público que llenó la plaza de toros La Luz. El ambiente cálido, el buen juego de los 6 toros de distintas ganaderías, la disposición y madurez taurina del torero y la innovación de la empresa, fueron la base para que la fiesta fuera en grande y la encerrona del torero de Irapuato fuera también diferente a cualquier otra. Triunfo grande.
SOLVENCIA TORERA DE DIEGO SILVETI EN SU ENCERRONA
Primera vez en su carrera que Diego Silveti hizo el paseíllo solo y fue en la plaza leonesa La Luz, su primer toro fue de Villacarmela, el más chico de los 6, al cual recibió con verónicas de buena factura, luego con la muleta lo llevó a los medios y ahí le dio tandas por la derecha a izquierda donde dejó plasmados pellizcos de arte y torería, fue una faena corta, pero suficientemente agradable para que después de estocada recibiendo y descabello, la gente pidiera al juez la oreja, con ella dio la primera vuelta triunfal.
El segundo toro fue de Mimiahuapam, el cual salió un poquito áspero y no se acomodó Diego en el capote, pero con la muleta lo fue sometiendo con doblones y ya en los medios le pudo arrancar tandas de derechazos y naturales muy buenos que la gente coreó fuerte, hubo momentos en los que el diestro mostró la solvencia torera que aunado al arte atesora, lo mató de estocada recibiendo pero como tardó en doblar, la gente se enfrió y no pidió la oreja.
Salió el tercero de Bernaldo de Quiroz más cuajado pero algo incierto por lo que Diego sólo le dio 2 verónicas y después de la puya hizo un quite por gaoneras y calentó el ambiente para que con la muleta al realizar una faena larga con tandas templadas de derechazos y naturales fuertemente coreadas, luego en redondo por la espalda, remates y adornos, rematados con otra estocada recibiendo, el público emocionado exigiera la orejas para premiarlo y así vitorearlo en la vuelta al ruedo.
Con el cuarto toro de Teófilo Gómez el torero de Irapuato se acomodó desde el capote, haciendo alarde de torería en las verónicas, chiculinas, después caleserinas y saltilleras con sus respectivos remates, brindó a su tío Alejandro al que la gente ovacionó a rabiar y lo obligaron a saludar en el terció con la montera del sobrino, ya con la muleta Silveti lo fue llevando a los medios con pases suavecitos, solventes y con torería, luego se dio a pegarle tandas por ambos lados, pero con un toque especial diferente, erguido, relajado, artista y madurez, fueron naturales y derechazos que no se le habían visto a Diego, la locura en los tendidos, siguieron cambiados por la espalda, pases en redondo, manoletinas y adornos, sólo faltaba la estocada para que lo premiaran con otras 2 orejas, pero Silveti se dio a pinchar y pinchar y todo quedó en fuertes palmas.
Lo diferente de esta encerrona se dió en los últimos 2 toros de Fernando de La Mora y Begoña, pues el diestro, subalternos y monosabios cambiaron de vestimenta a charros todos, salió el primer castaño un dije, pero Diego no se acomodó con el capote y fue con la muleta donde vino lo grande, a pesar que el burel perdía constantemente la manitas, el torero lo fue sobando con pases a media altura pero aprovechando la boyantía del animal, poco a poco fue creciendo la faena que se alargó, una y otra tanda por derecha e izquierda, adornos, todo al son del mariachi, la gente loca de contenta, fiesta grande y en el ruedo Silveti toreando con el alma, con sentimiento, con pasión, fueron muchas pinturas y pellizcos de arte los que bordaron toro y torero, y todavía la emoción en el estoconazo recibiendo, orejas y rabo le dieron como premio y miles de aplusos y prendas al dar la vuelta llevando de la mano a su hijo, el que seguramente continuará la quinta generación Silveti.
Cerró plaza otro castaño, pero con mal son y aunque el diestro irapuatense intentó desde el capote hacerle fiesta no se acomodó, dejando solamente destellos aislados de torería y arte, alterno quites con sus 2 sobresalientes siendo aplaudidos, y como el toro se iba suelto en cada pase, decidió Diego terminarlo y cortar por lo sano. Fue sacado a hombros triunfalmente.
