Guanajuato, Gto.- En uno de sus más célebres ensayos, la escritora británica Virginia Woolf, plantea la teoría de que una mujer necesita dinero y un cuarto propio para así poder escribir con libertad. Dicho ensayo llamado precisamente “Un cuarto propio” fue escrito en 1929 y en la actualidad a más de 80 años de distancia, la sentencia sigue vigente.
Una mujer necesita dinero e independencia para escribir, sí, pero también para estudiar, para dedicarse a la ciencia, para desenvolverse profesional y académicamente. Existen muchas mujeres que se arriesgan a romper paradigmas y se enfrentan a un mundo en el que los retos y quizá los obstáculos son más imponentes. En el camino van construyendo su propio espacio.
Un ejemplo es la Mtra. Laila Silahua Abirrached, pues es la primera mujer egresada de la Facultad de Minas, Metalurgia y Geología de la Universidad de Guanajuato. En entrevista mencionó, “para mí fue un reto muy grande estudiar en la Facultad de Minas porque todo el mundo decía que las mujeres no podíamos estudiar Ingeniería en Minas. Sin embargo, era lo que yo quería hacer y eso no me detuvo, investigué en qué escuela podría estudiar y fue así como encontré a la Universidad de Guanajuato, considerada como una de las mejores instituciones educativas del país”.
La egresada se trasladó de su natal San Luis Potosí a la ciudad de Guanajuato, lugar en el que le esperaba una intensa travesía llena de desafíos, aprendizaje y también de muchas satisfacciones. “Al llegar a la UG, debido a los prejuicios sociales que en ese momento existían, no me permitieron estudiar Ingeniería en Minas y me aconsejaron que primero estudiara Geología y posteriormente trabajara para un cambio en Ingeniería. Ya al estar inmersa en el estudio de la Geología me enamoré de esa ciencia y no la quise dejar”.
La Mtra. Silahua señaló que antes se creía que el trabajo que se realiza en la Ingeniería en Minas era rudo -ya que no existía la tecnología que hay ahora-, se pensaba que sólo lo podían hacer los hombres pues se requería de más fuerza física, “yo supongo que esos eran los tabúes para que una mujer no estuviera en esa carrera”, dijo.
Al ser la primera mujer egresada de la Facultad de Minas de la Universidad de Guanajuato, la Mtra. Laila Silahua Abirrached, destacó sentirse muy orgullosa, ya que les demostró a otras mujeres que pueden lograr lo que deseen, “tenemos todas las capacidades para desarrollar lo que queramos”.
Al finalizar con sus estudios universitarios, la egresada se incorporó rápidamente al mundo laboral, en el que tuvo que superar otros obstáculos. “En principio estuve trabajando en la cooperativa metalúrgica como auxiliar de geólogo, llevaba el control de calidad de las minas, bajaba a las minas a tomar muestras. También en otro trabajo estuve en el área de planeación, diseñando la mina, controlando la producción, supervisando que se respetara el diseño de la mina, etcétera”.
En el mundo laboral, los capitales de mina -que eran mineros por experiencia, es decir, no contaban con estudios universitarios- no aceptaban las indicaciones de una mujer. Lo que la Mtra. Laila hizo fue ganar su confianza por medio de trueques, “les decía, regáleme dos tiros y si no le atino pues me voy… lo hacía y así poco a poco tenía su compañerismo y llegaba el momento en que seguían las instrucciones que yo les daba”, relató.
Mencionó también que una de las cosas que más le gusta de su profesión es la constante convivencia con la naturaleza, “ver las rocas, los minerales y saber qué pasó, qué huellas del tiempo se observan ahí, es lo que más me entusiasma de mi trabajo”.
Actualmente, la egresada de la Universidad de Guanajuato es analista especializada en el Fideicomiso de Fomento Minero del Gobierno de la República.
Para finalizar, envió un mensaje a todas las mujeres universitarias impulsándolas a seguir sus sueños sin importar los límites que les puedan imponer a partir del género, porque las mujeres poseen todas las capacidades para lograr lo que deseen. Con su historia y experiencia, la Mtra. Laila demuestra que cada vez más mujeres van construyendo un cuarto propio.