Silao, Guanajuato.- Paula lleva poco más de 20 años vendiendo comida en el Cerro del Cubilete y es una de las cocineras que forman parte de este santuario donde “la vida no vale nada”. Como Paula al menos hay otras 20 cocineras que han sido afectadas por el cierre de negocios, debido a la pandemia, pero que poco a poco han ido reabriendo.
“Pásele, sino le gusta no lo paga” o bien “ándele le doy dos quesadillas gratis”, es parte del vocabulario que usa Paula y su nieta Maricruz para tratar de atraer al posible consumidor y así todas las cocineras, invitan a comer.
Entre un chicharrón con chile, carne de puerco en salsa roja, fríjoles, nopales, papas con chorizo, sopa de arroz, mole con pollo y tortillas hechas a mano, forman parte del gran repertorio de comida que se ofrece en estos lugares.
“Abrimos un día sí y el otro no, pero para todas sale el sol, Diosito siempre nos cuida, no hay que quejarnos, tenemos que comer y los visitantes comienzan a regresar; aquí tenemos bufet a llenar de 50 a 60 pesos” concluyó Doña Paula.