
Irapuato, Guanajuato.- La fila es enorme, el tiempo para atravesar desde el puente del río Silao, hasta la salida a la carretera que lleva a Bernalejo y otros fraccionamientos, es de hasta 40 minutos y a pesar de todo, “es una obra necesaria”. La remodelación del bulevar a Villas de Irapuato, se ha estado convirtiendo en el “martirio” para las personas que deben pasar por este punto o bien para los comerciantes que han “soportado” estar medio incomunicados.
El 18 de julio, se informó que había comenzado la segunda etapa de la modernización del bulevar a Villas de Irapuato, con el tramo que contemplan el inicio de la carretera Irapuato-San Cristóbal hasta el hotel Concordia.
La obra que contempla la colocación de pavimentos en concreto hidráulico, guarniciones, banquetas, ciclovía, rehabilitación integral de todas las redes de servicio, alumbrado público, así como el reforzamiento y rehabilitación del cuerpo sur y ahora norte del puente sobre el río Silao, mientras dura la obra ha sido un verdadero caos, especialmente de lunes a viernes.
Las largas filas forman parte del descontrol de accesibilidad, porque por una parte son las obras que, aunque “complicadas” para los habitantes y los que transitan, también podría decirse que son necesarias en las maniobras de maquinaria o personal a cargo de la construcción.
El otro problema y es el que al parecer es el grave, es la posible falta de coordinación de los tránsitos municipales o viales, no sólo en la salida de Villas de Irapuato, sino en la glorieta que es donde se hace el “caos” y que ha generado choques, quejas, insultos y bastante molestia.