
Irapuato, Guanajuato.- Lo conocían como Lalo o Lalito; había sido repartidor y chófer en el periódico AM y en el Correo. En los últimos años, había perdido parte de un pie por problemas de salud, hasta que finalmente dejó de existir.
Eduardo Ruvalcaba, originario de Irapuato, durante gran parte de su vida, la dedicó a trabajar en el periódico impreso, ahí la hacía de cargador, chófer, repartidor e inclusive de los llamados gritones que cuando había alguna nota interesante salía a los municipios, esparcirla y buscar vender muchos periódicos.
Sin embargo, las condiciones de salud que tenía por su complexión física, lo llevaron a enfermarse y sufrir algunos percances, que generaron perder el trabajo que tenía en los periódicos y donde era ampliamente conocido por su simpatía.
A Lalito hace algunos años, le fue amputado parte de uno de sus pies, imposibilitando poder regresar a manejar; aunque eso no fue impedimento para buscar subsistir al lado de su esposa. Ambos pusieron un negocio de venta de cosas usadas que instalaban en la calle.
Lalo, a la par de sufrir por la pérdida parcial de una de sus extremidades, también perdió a su mamá, situación que al parecer desencadenó en depresión y por consecuencia mayores conflictos porque vivía en un estado de pobreza considerable. El ex voceador, dejó de existir, hasta pronto.
