Por: Alice Juárez
Opinión.- Maestro, que en tu paso por la vida has educado con espíritu de padre, que te encariñas sin querer con tus alumnos, erigiendo un afecto especial y sincero por todos ellos.
Que sin pretender te involucras en sus tristezas y alegrías, ya que has llegado a conocer tanto tus alumnos como si fueran tus propios hijos.
Maestro, que haces de cada clase un suceso, ya que a base de experiencias aprendiste, que para lograr disciplina los gritos salen sobrando, pues cuando un niño esta callado, es porque has conseguido mantenerlo interesado.
Que con tu entrega y perseverancia, obtienes satisfacciones, tus enseñanzas son siembra que al caer en buena tierra da a su tiempo buenos frutos.
Maestro, que gracias a tu paciencia, tolerancia y valores, impulsas a tus alumnos a ser cada día mejores.
Que has compartido tu sabiduría y has entregado tu vida a esta noble profesión, seguramente sabiendo que dé tras de cada persona de bien, ha estado alguien como tú.
No alcanzan las palabras Maestro para expresar tanto agradecimiento a tu entrañable labor.
MUCHAS GRACIAS MAESTRO