México.- El control de calidad alimentaria tiene una relación con la llamada contaminación cruzada que consiste en un proceso en el que los alimentos entran en contacto con otros que están cocinados o no y que a su vez podrían terminar contaminados.
Hoy en día el tema de la salud, no sólo se compone de acciones relacionadas a la higiene en casa, sino también a la calidad de los alimentos, porque hay situaciones que ponen en peligro a las personas al momento de consumir algo que puede estar contaminado.
La contaminación cruzada tiene dos fases a considerar, una es la llamada contaminación directa que consiste cuando hay alimentos que ya están cocinados y que llegan a contaminarse con alimentos crudos detallando, por ejemplo, cuando una persona hace un caldo de pollo y en lugar de primero cocer el pollo, guisa las verduras y echa el pollo crudo, propiciando un proceso contaminante.
El otro se llama contaminación cruzada indirecta que es cuando los utensilios de cocina no están bien lavados, es decir pueden tener residuos de comidas anteriores y entran en contacto con alimentos crudos o cocinados, produciendo bacterias.
¿Qué se puede hacer para evitar la contaminación cruzada?
Uno de los grandes retos hoy en día, es que existan las herramientas necesarias para tener una mejor calidad de vida y con ello, aparte del ejercicio y la buena alimentación, incluye que esos alimentos sean lo más sanos posibles, den los nutrientes suficientes y obviamente no estén contaminados.
Hay un gran riesgo o resulta un gran peligro consumir alimentos crudos, enfatizando que la limpieza de los mismos puede evitar que el consumidor llegue a enfermarse todo ello en casa, pero en caso de que un productor o vendedor expida sus alimentos es que mantenga esa buena reputación al momento de ofrecerlos.
Hay una gran frase que dice que “si los alimentos se cocinan bien después de haber sido contaminados, no hay ninguna razón por la que preocuparse”, es decir, pese a que el cocinado pueda ser el mejor, el alimento contaminado seguirá estando contaminado.
Los riesgos en el consumo de alimentos contaminados por ingerirlos por la denominada contaminación cruzada pueden generar alergias alimentarias, algo parecido a tener renuencia a alimentos, por ejemplo, algunas personas que se vuelven intolerantes a un alimento, sin conocer que todo pudo haber iniciado por consumirlos contaminados.
La ingesta de alimentos infectados de contaminación cruzada también puede traer consigo, inflamaciones, urticarias o bien síntomas parecidos a la gastroenteritis que a su vez produce diarreas, náuseas, entre otros efectos; entre los grupos de mayor riesgo se hayan niños, enfermos, embarazadas y ancianos.
Limpiar bien los alimentos y seguir buenas prácticas de higiene
Para evitar la contaminación cruzada, es muy importante adoptar algunas sencillas medidas, que van desde la separación de alimentos crudos, cocidos o cocinados, evitando entre ellos el contacto esencialmente con la sangre de la carne, hasta el traslado en vehículos de alimentos en ciertos ambientes que generen su descomposición.
El lavado de manos con agua y jabón es la principal o de las principales medidas de higiene, tanto con consumir un alimento como prepararlo; definir o clasificar carnes, pescados y aves, ya sea que se pongan en el refrigerador o nevera dependiendo de su uso inmediato.
Otra de las recomendaciones que, a la hora de preparar y manipular alimentos, es importante utilizar utensilios limpios y no mezclarlos entre sí, para el mismo fin o bien tener mucha higiene también en los recipientes, platos y vasos, inclusive el jabón usado para lavar trastes que se esté cambiando constantemente.
Finalmente, entre las acciones para evitar la contaminación cruzada, también es importante incluir el lavado de los trapos de cocina, no usar las mismas cazuelas, sino están previamente lavadas y fundamentalmente mantener la cocina lo más limpia posible.