Salamanca, Guanajuato.- Este año se cumplen 464 años de la llegada del Cristo Negro a Salamanca, la imagen se localiza en la Parroquia del Señor del Hospital. Este lugar es uno de los más visitados durante la Semana Santa. Alrededor de 1924 inició la tradición de ir el Jueves Santo, de Irapuato a Salamanca, caminando para ver al Cristo Negro.
Los peregrinos salen desde muy temprano, van entre amigos y familia acompañándose para “cumplir mandas” o tan solo para admirar la imagen del Cristo Negro. El recorrido de los casi 23 kms se hace a pie y los caminantes van conversando y compartiendo la experiencia de ir a la Parroquia del Señor del Hospital.
Luego de visitar el templo, es momento de descansar por eso, algunos peregrinos pasan el resto de la tarde en el Parque El Arbolito, que está en las proximidades del recinto del Cristo Negro.
Aunque la tradición es salir de la iglesia y comprar unos bolillos, queso y chiles en vinagre para preparar unas tortas y comer en la calle, así sin complicaciones.
Contexto
Según la leyenda, el Cristo Negro originalmente era blanco y se encontraba en la capilla del colegio imperial de Tlatelolco y, en aquel momento, era conocido como “El Santo Cristo de los Agonizantes”.
Sin embargo, la imagen estuvo en posesión de Juan Cardona, un indígena que una noche fue perseguido por los Jilotepecanos y dejó abandonado al Cristo a la orilla del camino.
Se cuenta que los Jilotepecanos pasaron de largo sin reparar en la imagen pero, Cardona regresó más tarde por él y para su sorpresa descubrió que la imagen ya no era blanca sino negra, esto, supuestamente, para confundirse con las sombras de la noche y no ser identificada por los perseguidores del indígena. Esta, según los creyentes, fue la señal de que el otrora “Santo Cristo de los agonizantes” deseaba quedarse en Salamanca, por lo que se le construyó un santuario. Se calcula que este evento tuvo lugar en 1560.
