GUANAJUATO.- Bajo la coordinación del expriista Eugenio Martínez y la demostración de liderazgo del expanista Ricardo Sheffield, la diputada con licencia Alma Alcaraz recibió su constancia de mayoría que le acredita como candidata morenista al gobierno del estado de Guanajuato.
En dos días, las dos candidatas morenistas mantuvieron un discurso constante: la pobreza y la inseguridad en Guanajuato, ésta última con un villano muy definido: el Fiscal General Carlos Zamarripa.
El viernes por la tarde, decenas de militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se reunieron en un hotel de la ciudad. Ahí estaba Eugenio Martínez al tanto de los detalles. Llegaron Martha Lucía ‘Malú’ Micher Camarena y Ricardo Sheffield como más notables protagonistas.
Fiel a la tradición de la izquierda, Claudia llegó tarde, sólo para ser interceptada por un grupo de mujeres capitalinas que gritaban “¡No queremos al pastelero!”, en alusión a Jorge Rodríguez Medrano, candidato por Morena a la presidencia municipal de Guanajuato.
Un grupo afín a Roberto Loya entregó un sobre con más de mil firmas; más tarde llegó otro, identificado con Paloma Robles Lacayo, que entregó otras 500.
Claudia entró al encuentro con militancia para hablar de las estrategias a seguir en la campaña política por empezar. Fue una sesión a puerta cerrada en donde, incluso, las y los asistentes debieron dejar en una mesa sus teléfonos celulares. La prensa esperó afuera.
Al término de la reunión, Claudia y Alma encabezaron la rueda de prensa. Los temas: Guanajuato es un estado gobernado por gente que defiende sus privilegios, usan la tarjeta rosa con fines clientelares electorales y vive una atroz violencia por causa de la ineficiencia de Carlos Zamarripa, solapado por el gobernador Diego SInhue Rodríguez Vallejo.
La solución es gobernar como en la ciudad de México, con una política de primero los pobres dotar de facultades de investigación a las policías locales y combatir las causas de la delincuencia.
Misma película, escenario diferente
La sesión del Consejo Estatal morenista fue en otro hotel, ubicado en la salida a Dolores Hidalgo. Camionetas de la Secretaría del Bienestar llevaron gente para llenar con más de 100 personas el salón de la finca.
A Malú Mícher y Ricardo Sheffield se sumaron David Martínez y casi la totalidad del grupo parlamentario de Morena en el congreso local. Ahí estaban la expriista Bárbara Botello y el cuestionado candidato Rodríguez Medrano. Acudieron diputados federales, y como invitados especiales Alejandro Tirado, representante del Partido del Trabajo (PT) y Sergio Contreras, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Los aliados, pues.
En la presentación del presídium detrás de los gritos de “¡gobernadora, gobernadora!” estuvieron los aplausos a Sheffield. Su liderazgo es indiscutible. Por algo no estuvieron Antares Vázquez ni su protegida, Paloma Robles. Roberto Loya tampoco acudió.
La dirigente estatal de Morena, pocas veces vista, Adriana Zamudio, fue la principal oradora previa. Luego siguió Alma Alcaraz.
Los temas de los discursos: Guanajuato es un estado gobernado por gente que defiende sus privilegios, usan la tarjeta rosa con fines clientelares electorales y vive una atroz violencia por causa de la ineficiencia de Carlos Zamarripa, solapado por el gobernador Diego SInhue Rodríguez Vallejo.
La solución es gobernar como en la ciudad de México, con una política de primero los pobres dotar de facultades de investigación a las policías locales y combatir las causas de la delincuencia.
Los “¡Es un honor estar con Obrador!” dieron forma a un consejo de número modesto en un lugar modesto. Con Claudia no hubo tanta austeridad republicana.
Morena ya tiene candidata formal, ya sólo espera arranque de campaña para que vaya más allá de las críticas al gobernador, a Zamarripa, a Libia Denisse García Muñoz Ledo –su competidora panista-, a la pobreza, la desigualdad, la corrupción y los privilegios consecuencia de más de 30 años de panismo.
Que pueda plantear propuestas para no colgarse de acciones en el gobierno federal y la capital del país.
Alma se fue. Sheffield fue el que tuvo más selfies con la militancia.