San Juan de los Lagos, Jalisco
Entre playeras del club Irapuato, Celaya, sombreros, bicicletas, fotografías, cabello, guitarras, trofeos, ropa y cartas, la virgen de San Juan de los Lagos, aparece como la redentora de milagros que año con año miles de creyentes llegan a visitarla.
En este sitio, ubicado en el Estado de Jalisco, la Virgen de San Juan de los Lagos o Cihualpilli que es una pequeña imagen de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, considerada milagrosa y venerada en la ciudad de San Juan de los Lagos, que representa un punto tan mágico y místico que los milagros no paran.
Aquí desde niños, jóvenes o ancianos, llegan a venerarla, algunos de ellos llegan por el compromiso de acompañar a los que la conocen y creen en la imagen, aunque con el paso del tiempo pareciera que esos “desconocidos” son sus amigos.
Entre las bancas del Santuario de la Virgen se observa la cara de aquellos a los que pidieron un favor, aquellos que pidieron por salud, trabajo, dinero o hasta por el amor; en la entrada hasta llegar al frente las rodillas parecieran cansarse, pues algunos de los visitantes entran al templo de rodillas.
Cuenta la historia, que el primer Santuario de la Virgen de San Juan fue una ermita o pequeña capilla de paredes de adobe y techo de paja a un costado del hospital. Allí fue colocada la imagen dejada por los misioneros franciscanos en 1545 cuando llegaron a estas tierras anunciando la Buena Nueva del Evangelio de Jesucristo.
La imagen de la Virgen de San Juan no era la imagen titular de la capilla, sino Juan Bautista. Con el paso de los años la pequeña imagen de la Virgen se fue deteriorando a causa del viento, sol, humedad y trato no delicado como correspondía a una escultura hecha de pasta de caña de maíz por artesanos de Michoacán.
La imagen de la Inmaculada Concepción regalada por Fray Miguel de Bolonia, y después guardada en la sacristía porque se había deteriorado con el tiempo, fue adquiriendo fama a partir de 1623, cuando una mujer y una de sus hijas, esta última resbaló sobre las puntas de espadas y se mató.
Una anciana llamada Ana Lucia, les dijo, que se consolaran, que la CIHUAPILLI (que quiere decir la “gran señora”) le daría vida a la niña; la imagen a la Virgen de San Juan, fue colocada sobre el cuerpo de la niña y después de un tiempo la niña comenzó a moverse.