Columnas

Un paseo por el tiempo… La comida en barro

En Irapuato después de las guerras de la revolución y la cristera, a orillas dl río Silao, se asentaron los olleros y hasta allá iba la gente a comprarles las ollas, cazuelas, cántaros, platos

Por: Juan José López Luna. Fotos: ADP.

Irapuato, Guanajuato.- Desde tiempos antes de la conquista de los españoles, los habitantes de lo que hoy es Irapuato, ya utilizaban el barro para la elaboración de vasijas, siendo para depositar sus ofrendas a los dioses o a sus muertos en los entierros, pero hace 500 años al llegar los conquistadores con otras costumbres e ideas, al menos la gente humilde utilizaba el barro para hacer ollas, cazuelas, platos, comales y hasta adornos…todavía hasta los años 60 en la ciudad y en el campo aún, las familias cocinan y comen en trastes de barro.

Hacia mediados de 1800 en el pueblito de Irapuato, que también era villa, algunos mercaderes se apostaban afuera de los templos de San José y La Parroquia y otros hasta El Hospitalito, para tender decenas de ollas de todos tamaños, platos, cazuelas, cántaros y macetas, a los que la gente llamaba Los Olleros. Quedando actualmente sólo 3 descendientes de aquellos primeros

los olleros eran parte de la vida y el folklor del pueblito y muy necesarios para cientos de familias, claro, menos los ricos que sólo conocían la porcelana, la plata y el oro. Pero el resto de la clase baja todo lo hacían en las ollas, comales y cazuelas de barro.

Así en casi todas las casas de Irapuato y sus rancherías, había grandes ollas de barro llenas de agua del río, misma que las jovencitas con los niños acarreaban, otros de los arroyos y unas más de las norias, que en esos tiempos abundaban, de ahí la usaban para tomar, para hacer el café, la canela o el té de hojas de limón y para las comidas, en las paredes de adobe era común ver colgadas las cazuelas de todos tamaños, lo mismo que las ollitas y jarros,  las más grandes estaban junto a los fogones de piedra, lo mismo que los grandes comales.

En esos tiempos y aún en las haciendas de los ricos, se aprovechaba el agua de la lluvia, para lo cual dejaban primero que el agua lavara los techos de teja roja y luego se ponían en hileras las ollas de barro tapadas con una manta para que sirviera de filtro y luego todavía algunos la filtraban más con embudos de cantera…los pulqueros han sido famosos por echar el pulque en las ollas de barro.

Ah tiempos idos, aquellos, cuando las mujeres al levantarse y mientras el marido salía de madrugada para irse a trabajar, y los hijos llevaban al molino el nixtamal para hacerlo masa, ellas prendían la lumbre en el fogón de piedra con leña del cerro, preparaban el comal de barro con cal para echar las tortillas, en una olla igual de barro cocían café o canela y en unas cazuelas de barro guisaban los frijoles, unos huevos de gallina y guajolota con chile del molcajete y todavía si alcanzaba la masa hacían atole blanco…

los platos y ollas en que la familia almorzaba eran todos de barro, las hijas regaban el piso de tierra y como silla usaban unos tabiques de adobe, puro olor a México…

En Irapuato después de las guerras de la revolución y la cristera, a orillas dl río Silao (hoy bulevar Díaz Ordaz) que atravesaba el pueblito, se asentaron los olleros y hasta allá iba la gente a comprarles las ollas, cazuelas, cántaros, platos, porque era en lo que se cocinaba…años más tarde llegó la era del peltre y todavía en los años 70s era común comer un plato de barro y tomar atole o café en un pocillo de peltre. Pero actualmente casi todo es en plástico o en desechables, la vida moderna.

GALERÍA

Caja de Comentarios de Facebook

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button