Irapuato, Guanajuato.- Con motivo de su enfermedad por la diabetes José Cervantes lucha cada día por seguir llevando comida a su casa.
Debido a una complicación en su pierna motivo de la diabetes José perdió su extremidad, situación que, en su vida, dio un giro de 360 grados, causa por la que tuvo que adaptarse a su nueva capacidad de movimiento.
Con la venta de “chucherías” en el crucero de bulevar la Esperanza esquina con avenida San Roque a diario este irapuatense ofrece su producto; “La verdad si me da mucho miedo el andar entre los carros ya que algunos no pueden verme, pero tengo que sacar para el sustento”, mencionó.
Por otro lado, antes de llegar a ese crucero el trabajo en otros donde la afluencia de autos no es la misma; “Yo antes estaba en otro crucero y dije por aquí no pasa mucha gente debería de venirme, pero me daba miedo andar entre los coches sin embargo un sobrino me trajo y bendito sea Dios me ha ido bien”, externó.
Cabe destacar que antes de ser vendedor ambulante don José trabajó en una cenaduría donde nunca atendió su problema de salud ya que tomaba hasta 5 litros de agua fresca, 10 cocas diarias y 3 panes de azúcar con un litro de leche, situación por la cual estalló su enfermedad; “Recuerdo que me decían ‘cuídate’, te va a pasar algo debes de cuidarte y sin embargo nunca les hice caso ya hasta que vi el problema, ahora tomo pura agua, veo más por mí y mi salud”, concluyó.
Con el apoyo incondicional de su esposa Gisela y Fernanda su hija ha salido adelante y espera seguir siendo un apoyo en casa.
Garapiñados, japoneses, crujientes, salados, enchilados, cacahuate, manguitos, chicles, confitados, gomitas y pistaches es la gran variedad que ofrece José Antonio diariamente a los conductores que pasan por la avenida.