Irapuato, Guanajuato.- “Estaba dentro de mi carro, el sol me estaba haciendo sudar, pero aun así pensé que iba a llegar a tiempo a ver una de mis citas, pero todo cambio cuando me rompieron el vidrio, sacaron mi bolsa y huyeron”, dijo Elizabeth, luego de que fue asaltada en el semáforo del bulevar Mariano J. García y la calle Independencia.
Así comienza la historia de muchas otras a las que se presentan a diario en este y otros puntos de la ciudad, donde el precedente es tomar al automovilista por sorpresa, sin tiempo de reaccionar o al menos pedir ayuda.
“Nunca pensé que me fuera a pasar a mí, traía los vidrios cerrados y no era tan tarde, eran como las 2, estaba todo el tráfico y jamás imagine que en el semáforo me iban asaltar”, siguió el relato de Eli.
“Vi que andaban dos chavos en una motocicleta por la orilla de la banqueta, pero uno cree que se meten en sentido contrario para ahorrar tiempo, luego pasaron al lado de los vehículos y estando a mi lado, rompieron el vidrio del copiloto, no se conque lo hicieron; alcance a ver que uno traía una pistola y ya no supe más, tuve que seguir mi camino, estaba aterrada y no sabía qué hacer”, puntualizó Elizabeth de 24 años, una asesora en ventas de productos médicos.
“Estaba dentro de mi carro, el sol me estaba haciendo sudar, pero aun así pensé que iba a llegar a tiempo a ver una de mis citas, pero todo cambio cuando me rompieron el vidrio, sacaron mi bolsa y huyeron”, dijo Elizabeth, luego de que fue asaltada en el semáforo del bulevar Mariano J. García y la calle Independencia.
Así comienza la historia de muchas otras a las que se presentan a diario en este y otros puntos de la ciudad, donde el precedente es tomar al automovilista por sorpresa, sin tiempo de reaccionar o al menos pedir ayuda.
“Nunca pensé que me fuera a pasar a mí, traía los vidrios cerrados y no era tan tarde, eran como las 2, estaba todo el tráfico y jamás imagine que en el semáforo me iban asaltar”, siguió el relato de Eli.
“Vi que andaban dos chavos en una motocicleta por la orilla de la banqueta, pero uno cree que se meten en sentido contrario para ahorrar tiempo, luego pasaron al lado de los vehículos y estando a mi lado, rompieron el vidrio del copiloto, no se conque lo hicieron; alcance a ver que uno traía una pistola y ya no supe más, tuve que seguir mi camino, estaba aterrada y no sabía qué hacer”, puntualizó Elizabeth de 24 años, una asesora en ventas de productos médicos.