Silao, Guanajuato. Salvador Morquecho Arzola de 72 años, es un silaoense que lleva más de 50 años dentro del mundo del comercio dentro y fuera de las instalaciones del Mercado González Ortega de Silao.
Mercería “Lupita”, ha sido un negocio que ha dejado muchas alegrías y satisfacciones a don Salvador, gracias al esfuerzo y constante trabajo. Esta mercería fue fundada hace más de 60 años por la señora María Guadalupe Arzola, (finada) mejor conocida como Lupita, quien era una comerciante destacada y muy querida por la gente del mercado de Silao y era la madre de Salvador.
“Recuerdo que nosotros vendíamos afuera del mercado, a los 18 años le dije a mi mamá que me dejara el negocio a mí, en ese tiempo yo andaba de albañil y le dije que yo me quería encargar de todo y aceptó solo con una condición. –‘Te voy a pedir que seas responsable, en dado caso que vea algo anormal te quito el negocio’-, me dijo”, externó Salvador.
Doña Lupita, puso su mercería en las inmediaciones del mercado y dejo a Salvador con el otro negocio y todo empezó a fluir, lamentablemente en el año 2001, la señora Lupita Arzola perdió la vida.
“Yo dependía de mi mamá siempre, ella era como mi ´tesorera´, ella tenía todo el dinero que se sacaba del negocio y ella me daba para volver a invertir, yo era como un trabajador prácticamente y todo era para ella”, dijo.
Salvador, demostró al paso de los años que la buena organización y ser una persona responsable, le habían dejado dos negocios que cuidaría con mucho cariño, siendo ahora el turno de sus hijos, dejando una mercería para ellos.
Don “Chava”, dejo un mensaje con toda la humildad para todos los silaoenses, “Soy comerciante antiguo y trabajo desde 1972, no lo he hecho del todo bien, hubo algunos momentos donde uno quiere ser ‘presumido’ y por esa razón en algunas ocasiones, sucedió un mal trato para algún cliente y en este momento aprovecho la ocasión para pedir disculpas, estoy en la mejor disposición de cambiar, he tratado de hacerlo últimamente y los invito a que vengan, estoy completamente a sus órdenes para lo que les pueda servir y de corazón, perdón”, concluyó.